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Domingo 01.05.2022 - Última actualización - 11:51
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Por Lucas Simoniello

Una oportunidad para seguir pensando, planificando y transformando la ciudad

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Por Lucas Simoniello Una oportunidad para seguir pensando, planificando y transformando la ciudad


Foto: Archivo El Litoral


Hace 19 años el río Salado ingresó a la ciudad por una zona que no había sido cerrada en la defensa oeste y un tercio de Santa Fe se cubrió de agua. Esta situación afectó directa e indirectamente a 130.000 vecinos y vecinas y sumergió a un tercio de Santa Fe.

 

La vida y los sueños de las familias inundadas fueron las principales víctimas de la desidia de los sucesivos gobiernos provinciales y locales que miraron para otro lado frente a la necesidad imperiosa de trabajar por mejorar la infraestructura hídrica de la ciudad.

 

En un nuevo aniversario de esta fecha traumática y dolorosa, en muchas formas aún irresuelta, tenemos la responsabilidad de seguir construyendo la ciudad que soñamos, siendo consecuentes con la memoria de aquellos días.

 

Con la cantidad de estudios y de información con los que contamos actualmente sabemos que el cambio climático global y la rápida expansión demográfica de las ciudades en todo el mundo durante el último medio siglo, vienen profundizando estos riesgos, y que fenómenos naturales extremos como las lluvias intensas o las crecidas de los ríos se vuelven un problema central para la vida urbana. Más aún en una ciudad con las características de Santa Fe. Sin embargo, si miramos exclusivamente esas dos variables estructurales de incidencia global nos estaríamos perdiendo otro factor muy importante y sobre el cual los vecinos de la ciudad de Santa Fe tenemos plena capacidad de acción: la gestión pública.

 

Ningún gobierno es responsable por las lluvias o las crecidas, como la que tantos daños causaron aquellos trágicos días de abril y mayo de 2003 en nuestra ciudad. Pero sí son responsables de la falta de planificación e inversión y, peor aún, de invisibilizar en la agenda pública esta problemática tan presente en nuestra memoria.

 

Los desafíos de pensar, planificar y transformar la ciudad

 

Esta fecha tan desgarradora para quienes aún tenemos muy presente el recuerdo del agua subiendo y llegando a casas, comercios, escuelas e instituciones, arrancando vidas humanas y produciendo cuantiosos daños materiales, tiene que ser un acicate para hacer las cosas de otra forma.

 

¿Cómo pensar y mejorar la ciudad del futuro? Sin duda, una tarea de esta magnitud no puede ser una aventura solitaria; es necesario contar con la mirada de ingenieros, urbanistas, arquitectos, referentes barriales y vecinos para, partiendo de diagnósticos compartidos, podamos comenzar a desandar ese camino que nos permita construir esa ciudad inclusiva, moderna y sustentable que tanto anhelamos los santafesinos.

 

En este contexto, como aporte a esta necesaria y urgente discusión, desde el espacio Encuentro, publicamos a fines del 2021 el informe “Riesgo y vulnerabilidad hídrica en Santa Fe”** del cual se desprenden valiosos aportes para pensar, planificar y transformar la ciudad en este aspecto tan caro a la memoria de los santafesinos.

 

Como señala el documento, es un dato significativo el hecho que entre 1961 y 2010 las precipitaciones en la llamada “zona húmeda” de Argentina aumentaron 20%. Se trata de un mundo y una ciudad que está cambiando aceleradamente, y que como tal requiere que nuestro abordaje sea de mayor integralidad. Como destaca y desarrolla el informe de Encuentro, es por ello oportuno enfocarnos en una estrategia integral que abarque tanto la infraestructura gris (sistemas de desagüe, terraplenes, etc.), la azul (gestión del agua pluvial) y la verde (los sistemas basados en la naturaleza) que en conjunto resultan instrumentos más efectivos para los desafíos que tenemos por delante.

 

Soy un convencido de que el conocimiento, la experiencia, la formación profesional, la voluntad y la memoria son grandes aliados para que el pasado no vuelva a repetirse. Sin embargo, soy consciente de que el desafío es grande y que necesitamos sacudir el polvo de los anacronismos y mezquindades que han primado en un sector importante de la clase dirigente.

 

Quién no ha escuchado alguna vez de algún conspicuo representante de la conocida vieja política -aquella que se preocupa más por su propia supervivencia que por mejorar la calidad de vida de la gente-, que el gran problema de este tipo de obras es que no se ven. No se ven; no generan votos; tardan mucho en construirse; cuestan mucho dinero que podría destinarse para obras más visibles.

 

¡Tienen razón! Son obras costosas, invisibles (ya que la mayoría van por debajo de nuestras plazas y calles), pueden tardar mucho en finalizarse y no son un gran atractivo electoral. Pero precisamente por eso miles de vecinos y vecinas confiaron en gobernadores, legisladores, intendentes y concejales con sus votos, depositando allí no sólo sus esperanzas sino también la confianza en su capacidad para abordar los problemas y necesidades de los vecinos. Quienes entramos al mundo de la política convencidos de que es una de las principales herramientas para transformar esta ciudad en la que vivimos sabemos que las obras de riesgo hídrico pueden no traccionar votos, pero son decisivas para la calidad de vida.

 

La ciudad es responsabilidad de todos. Santa Fe es el sector privado, es el sector público, son las organizaciones de la sociedad civil, somos las personas, los vecinos. En este marco, las prácticas diarias que podamos adoptar en relación con el consumo responsable de agua, limpieza de desagües y tratamiento de nuestra basura domiciliaria son muy importantes. Poder transmitir a nuestros hijos e hijas la importancia de la responsabilidad y el compromiso con nuestro entorno puede hacer una gran diferencia.

 

Sin embargo, la construcción, mantenimiento y mejora de la infraestructura urbana, en este caso en lo que respecta a la mitigación del riesgo hídrico, es una tarea imprescindible. Y para ello es necesario visibilizar los diagnósticos, debatir y construir consenso para alcanzar resultados concretos que nos permitan profundizar el camino y aprender definitivamente las lecciones que nos trae la memoria.


 

(*)Concejal por el FPCyS. Abogado y referente del espacio Encuentro.

(**) Para solicitar los informes del Observatorio DATA Encuentro escribir a [email protected].

 

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