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Miércoles 13.04.2022 - Última actualización - 4:10
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Por Juan José Sagardía

Malvinas irredentas

Cementerio de Darwin, isla Soledad, Malvinas. Del total de 649 argentinos que murieron en el conflicto bélico de 1982, 237 de ellos están enterrados en este lugar. Fueron declarados por Argentina como Cementerio de Darwin, isla Soledad, Malvinas. Del total de 649 argentinos que murieron en el conflicto bélico de 1982, 237 de ellos están enterrados en este lugar. Fueron declarados por Argentina como "Héroes nacionales" en 1998.​
Crédito: Gentileza

Cementerio de Darwin, isla Soledad, Malvinas. Del total de 649 argentinos que murieron en el conflicto bélico de 1982, 237 de ellos están enterrados en este lugar. Fueron declarados por Argentina como "Héroes nacionales" en 1998.​ Crédito: Gentileza

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Por Juan José Sagardía Malvinas irredentas

Por Juan José Sagardía

 

El pasado 2 de abril, en diversos actos escolares, políticos y comunitarios reconocimos el heroísmo de nuestros soldados, la parte positiva de lo acontecido hace cuarenta años, al haber querido recuperar las islas Malvinas. Un intento que se hizo sin haber generado, de parte de aquellos que resolvieron ejecutar esa acción, ningún análisis contextual de potencias mundiales como Inglaterra y Estados Unidos, que reprobaron nuestro accionar y actuaron en consecuencia, cuando quisieron. Y el resultado fue que nos derrotaron.

 

Con todo el respeto que se merecen nuestros soldados sepultados en dichas islas y los ex combatientes que aún hoy siguen luchando en acciones para aclarar cómo fueron aquellas circunstancias, opino que la acción de aquel gobierno fue errónea, sin analizar estrategias y reales posibilidades. Es decir que los militares en el poder no hicieron los suficientes estudios previos. Y no los hicieron quizás por desconocimiento, o porque quisieron actuar en base a su real "entender y saber". O bien, porque actuaron de mala fe.

 

En definitiva, dicha acción fue una defraudación más de parte de quienes nos gobiernan, porque, entre otras cosas, nos embaucaron con información distorsionada. Y el pueblo, de buena fe, se involucró en un nacionalismo loable, donde afloró a gran escala su solidaridad. Y nuevamente fuimos engañados.

 

¿Hoy, sin que haya guerra con otro país, en qué ha cambiado nuestro destino, con los gobernantes actuales y los que los precedieron los cuarenta años anteriores? Porque, si bien no nos mandan a una guerra, ahora generan la ruina de nuestra Nación de otra forma. Seremos otra vez "derrotados" por gobernantes, sin tener un análisis previo de las reales posibilidades. ¿Cuántos muertos quedaremos y cuántos "ex combatientes" de las actuales políticas sobreviremos?

 

Habiendo leído una parte de la historia, acerca de lo que hicieron nuestros presidentes, desde Juan Domingo Perón a la fecha, es cierto que una mitad de ellos tuvo la intención de llegar a un entendimiento con Inglaterra. Pero otros, con esa seguridad de futboleros "Campeones del Mundo", han insistido en que debemos exigir la entrega de las islas. ¿Y en resumen, qué hemos logrado? Que los ingleses, con la aplicación de sus normas, decidieran que quienes deben resolver la situación de reclamo de Argentina sean las autoridades políticas del archipiélago, mientras nosotros seguimos en la ONU reclamando la soberanía a Inglaterra. Da la impresión de que nuestros gobernantes no se han enterado de dicha resolución.

 

La realidad que nos toca vivir indica que nunca nos van a dar la soberanía, ya que el estándar de vida de los isleños es superior al nuestro, un "pequeño" detalle a tener en cuenta. Además, elevemos oraciones, para que en las islas no se genere la idea de contar algún día con un ejército propio revanchista y sean ellos quienes quieran "devolvernos la pelota", invadiéndonos. ¿Con que Fuerzas Armadas vamos a responder?

 

Propongo que seamos realistas y que hagamos lo que varios presidentes quisieron y no fueron capaces: poner un paraguas a la soberanía y dejar de lado que somos "Campeones del Mundo". Solicitemos a las autoridades de las islas la posibilidad de tener relaciones diplomáticas, humanas, comerciales, como supuestamente teníamos antes del 2 de Abril de 1982.

 

Y porque propongo lo que propongo, no creo que sea anti argentino, solamente pienso a futuro. Si en cuarenta años no fuimos capaces de hacer nada, es hora que pensemos en cambiar de estrategia. Eso es, justamente, lo que propongo. ¿Por qué propongo dicha estrategia? Simplemente porque en esas tierras, tenemos sepultados a nuestros soldados hermanos, aquellos que dieron nada más y nada menos que su vida. Nosotros los reconocemos y admiramos, pero muchos realmente nada hacemos para visitarlos y homenajearlos en ese lugar, que hoy es su territorio.

 

Señor, permítenos dejar de lado nuestra soberbia y afán de figuración, que tenemos al "divino botón". Seamos realistas y "rindámonos" esta vez por un motivo loable y en honor a nuestros soldados hermanos, porque ellos en realidad nos han dado la soberanía que tanto anhelamos y siempre quisimos. Y ahora, convencidos de nuestro objetivo, luchemos nosotros por ellos, pero –lógicamente- hagámoslo en paz, para que el mundo nos apoye y respalde.

 

Cuando nuestros presidentes van a la ONU y levantan la voz en contra de Inglaterra, el resto del mundo, o sea los demás representantes, se sacan los auriculares y no escuchan. Y luego apoyan que nuestro gobierno negocie en paz, sabiendo que nosotros nada vamos a hacer. Ya nos conocen, como país, en temas de relaciones exteriores, no somos creíbles. Así será por los años de los años, mientras nuestros muertos, están en las Malvinas Irredentas, solos, sin el acompañamiento del pueblo argentino, aunque en cada acto de recordación nos rasguemos las vestiduras de patriotas.

 

Propongo que seamos realistas, que reconozcamos nuestras mezquindades y limitaciones, por respeto a nuestros soldados hermanos sepultados en esa tierra que consideramos nuestra, y en reconocimiento a tan patriótica acción. Esto que nos pasa, ha sido producto de la actuación o de la inacción de los gobiernos que hemos sabido votar en los últimos cuarenta años. Es hora de cambiar.

 

¿Hoy, sin que haya guerra con otro país, en qué ha cambiado nuestro destino, con los gobernantes actuales y los que los precedieron los cuarenta años anteriores? Porque, si bien no nos mandan a una guerra, ahora generan la ruina de nuestra Nación de otra forma. Seremos otra vez "derrotados" por gobernantes, sin tener un análisis previo de las reales posibilidades. ¿Cuántos muertos quedaremos y cuántos "ex combatientes" de las actuales políticas sobreviremos?

 

Habiendo leído una parte de la historia, acerca de lo que hicieron nuestros presidentes, desde Juan Domingo Perón a la fecha, es cierto que una mitad de ellos tuvo la intención de llegar a un entendimiento con Inglaterra. Pero otros, con esa seguridad de futboleros "Campeones del Mundo", han insistido en que debemos exigir la entrega de las islas. ¿Y en resumen, qué hemos logrado? Que los ingleses, con la aplicación de sus normas, decidieran que quienes deben resolver la situación de reclamo de Argentina sean las autoridades políticas del archipiélago, mientras nosotros seguimos en la ONU reclamando la soberanía a Inglaterra.

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El texto original de este artículo fue publicado en nuestra edición impresa.
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