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Domingo 10.04.2022 - Última actualización - 15:54
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Sobre el informe de la ministra Cantero | Por Alejandro Boscarol

¿Milagro santafesino o INDEC(K) educativo?

Adriana Cantero, ministra de Educación de la provincia de Santa Fe. Crédito: Luis CetraroAdriana Cantero, ministra de Educación de la provincia de Santa Fe.
Crédito: Luis Cetraro

Adriana Cantero, ministra de Educación de la provincia de Santa Fe. Crédito: Luis Cetraro

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Sobre el informe de la ministra Cantero | Por Alejandro Boscarol ¿Milagro santafesino o INDEC(K) educativo?

Por Arq. Alejandro BoscarolDiputado Provincial UCR

 

En oportunidad de su visita a la Cámara de Diputados, la ministra de educación Adriana Cantero nos informó que "el Ministerio de Educación cuenta con un incremento de matrícula en el año 2021 de 25.228 estudiantes respecto del año 2019 y en relación al abandono interanual podemos afirmar que en el caso de la secundaria en el período 2018-2019 la tasa de abandono interanual fue del 7,62% y en el período 2020-2021 descendió al 3,96%". En otras palabras, nos está diciendo que en la provincia de Santa Fe, luego de dos años de escuelas cerradas, aumentó la cantidad de estudiantes en el sistema educativo y que la deserción en el nivel secundario descendió casi un 50%.

 

¿Alguien puede creer realmente en estos datos?

 

Veamos en detalle. Según la ministra, entre 2019 y 2021 se incorporaron al sistema educativo 40.675 estudiantes, mientras que entre los años 2008 y 2018 el total de nuevos alumnos fue de 31.942. Es decir, que durante su gestión y en plena pandemia se incorporaron 8.733 alumnos más de los que se habían sumado en el transcurso de los diez años anteriores. Si llevamos estos números del crecimiento matricular a un promedio anual y comparamos los datos, vemos que durante su mandato el crecimiento promedio fue de 13.558 alumnos, mientras que en los tres últimos años previos a la pandemia, el crecimiento fue de 8.516 alumnos. Si esto es así, estaríamos ante un verdadero milagro educativo.

 

Respecto del abandono escolar la ministra sostiene que la deserción interanual del nivel secundario durante la pandemia fue del 3.6%, contrastando fuertemente con los porcentajes de años anteriores que rondan el 8%, es decir, prácticamente el doble de los datos actuales. En términos numéricos nos está diciendo que alrededor de 10.238 alumnos dejaron la escuela, es decir, el equivalente aproximado a un chico menos por aula. Cabe también recordar que en diciembre de 2021 Santa Fe celebraba ante los medios que tan solo restaban revincular a 2.300 estudiantes, mientras que para la misma fecha, desde Nación se informaba que cerca de 600.000 chicos no habían vuelto a la escuela. Si Santa Fe representa casi el 10% de la matrícula nacional, terminamos de dimensionar lo absurdo y peligroso de los dichos de la ministra.

 

Equipos directivos, docentes, estudiantes y familias perciben que durante la pandemia se ha perdido mucho y manifiestan gran preocupación sobre cómo recuperarlo. Esta percepción es reforzada por numerosos estudios, entre ellos la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica realizada a mediados del 2020, que reveló que el 99% de los equipos directivos manifestaron que se repasaron contenidos ya trabajados y seleccionaron sólo algunos contenidos nuevos; que en el nivel secundario sólo el 54% de los estudiantes se mantenían en contacto regularmente y que la mayor dificultad que tuvieron los estudiantes fueron las restricciones tecnológicas: el 92% de los estudiantes tenían limitaciones de acceso a internet, el 89% dificultades de acceso a dispositivos electrónicos y el 57% poca experiencia en el uso de recursos digitales con fines pedagógicos; asimismo, el 45% de los alumnos consultados, manifestó que si no volvía cuanto antes a la presencialidad sentía que no iba a aprender nada.

 

Por otro lado, un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (2020) reveló que 4 de cada 10 jóvenes tuvieron bajo o nulo vínculo con sus docentes, no recibían tareas o lo hacían una sola vez por semana y sin devolución. En el primer semestre de 2021, hubo semanas en las que 9 de cada 10 estudiantes no asistían a las aulas. También reveló que 7 de cada 10 estudiantes de secundaria tienen dificultades para comprender un texto. Es decir, "no serían capaces de identificar la idea central de un texto de longitud moderada, encontrar información siguiendo criterios explícitos, y reflexionar sobre el propósito y la forma de los textos cuando se les indica".

 

Estos informes, como tantos otros, nos alertan sobre la gravedad de la situación educativa y sus consecuencias directas en el incremento del abandono escolar y en el descenso de la calidad educativa. El solo dato que los chicos de nuestra provincia perdieran aproximadamente unas 1.500 horas de clases presenciales, habla de la dimensión inocultable del problema educativo que tenemos.

 

Ya nadie duda que la decisión de cerrar las escuelas y dejar las aulas vacías durante tanto tiempo generó consecuencias de gran magnitud en materia de pérdida de aprendizajes, fragilización e interrupción de las trayectorias educativas. Familias, estudiantes, docentes y directivos lo perciben y manifiestan. Sin embargo, con una tozudez incomprensible -y tremendamente dañina- esta realidad es negada por la ministra, al manipular de manera grotesca y muy poco transparente los datos para esconder la gravedad de la situación educativa.

 

Sabemos que las escuelas actuales son muy diferentes a las que conocíamos antes de la pandemia, y que en cada aula se expresa visiblemente la convivencia de trayectorias educativas muy disímiles. El camino no puede ser seguir haciendo más de lo mismo como si nada hubiera pasado. Tampoco sirven las soluciones uniformes con formatos rígidos, que ignoran la heterogeneidad del sistema educativo, nivelando para abajo o expulsando a más chicos del sistema.

 

Señora ministra Cantero, no necesitamos de milagros ni de relatos imaginarios. Sólo queremos que se pongan a trabajar imaginativamente construyendo propuestas educativas y pedagógicas flexibles y abiertas, que se ajusten a las particularidades; que avancen a distintas velocidades, potencien las capacidades existentes, acompañen a los que necesitan ayuda y doten de manera extraordinaria de los recursos necesarios.

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