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Martes 05.04.2022 - Última actualización - 3:55
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Desde la platea

Francella no se puede escapar más

El actor Guillermo Francella en su más reciente filme, El actor Guillermo Francella en su más reciente filme, "Granizo", de Marcos Carnevale.
Crédito: Gentileza

El actor Guillermo Francella en su más reciente filme, "Granizo", de Marcos Carnevale. Crédito: Gentileza

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Desde la platea Francella no se puede escapar más

Wikipedia ayuda con lo obvio. Es esto: "En febrero del 2021, se informó que Netflix había confirmado el desarrollo de una película argentina titulada Granizo, la cual sería dirigida por Marcos Carnevale y protagonizada por Guillermo Francella, quien interpretaría a un meteorólogo que falla a su audiencia al no poder predecir una catástrofe natural.

 

Wikipedia enumera. "Asimismo, se anunció que el resto del elenco estaría integrado por Romina Fernandes, Peto Menahem, Martín Seefeld, Laurita Fernández, Nicolás Scarpino, Viviana Saccone, Pompeyo Audivert y Eugenia Guerty. Mientras que la producción estaría bajo la responsabilidad de Kuarzo Entertainment Argentina y Leyenda Films en asociación con Infinity Hill, y que el guion fue escrito por Nicolás Giacobone y Fernando Balmayor."

 

Wikipedia sabe: "La película comenzó su rodaje en los primeros meses del 2021 y finalizó en julio del mismo año, teniendo como locaciones la ciudad de Buenos Aires y Córdoba. En febrero del 2022, se comunicó que la cinta se estrenaría el 30 de marzo."

 

Wikipedia explica. "Miguel Flores es un meteorólogo con una carrera infalible, pero un día falla en la predicción del pronóstico cuando no puede advertir sobre la llegada de una tormenta de granizo, lo cual le causa varios problemas como el enojo de la audiencia que lo convierte en un enemigo público y él decide escapar a su ciudad natal, donde se reencontrará con su pasado y se descubrirá a sí mismo en el proceso".

 

Wikipedia resume. "Granizo es una película de comedia argentina dirigida por Marcos Carnevale. Narra la historia de un meteorólogo estrella de la televisión que se convierte en el máximo enemigo público cuando falla al no prevenir una tormenta de granizo. Está protagonizada por Guillermo Francella, Peto Menahem, Romina Fernandes, Martín Seefeld, Nicolás Scarpino y Laurita Fernández. La película se estrenó el 30 de marzo de 2022 en Netflix".

 

Wikipedia no dice nada que no se sepa, pero lo acomoda como una fenomenal gacetilla de uso gratuito y popular. Se estrenó Granizo. En Netflix.

 

Nacido en el 1955, Francella no es un jovencito. La película Granizo lo pone otra vez en la televisión (es una película Netflix, para plataformas, se la encuentra en televisión, en el hogar de cualquiera… con Netflix). El 14 de febrero cumplió años. El 30 de marzo el filme arrancó, aseguran que con buena repercusión, en cuanto a espectadores de la aplicación donde se la puede ver.

 

El guion, resumido según los datos prestados por Wikipedia, no explicita las obviedades de la filmación; tampoco las actuaciones que consolidan las obviedades. Nada hay fuera de lo previsto, nada que asombre, nada que deslumbre. Nada, en todo el desarrollo (casi dos horas) que lleve al "caramba, mirá vos, al menos hizo esto, hicieron aquello"…

 

Toda actuación de un nombre consagrado (Francella lo es) supone una actuación donde se desafíe para, al menos, alcanzar a sus picos más altos de actuación. En mi caso pediría su trabajo bajo la dirección de Campanella, que aquí no está. Francella se reduce a sí mismo, en cada caso un tic conocido, un gesto repetido y que, más allá de un "nombre consagrado" sea una actuación consagratoria, al menos como la mencionada.

 

El plano de clivaje lleva a Francella… hacia abajo. Ni es aquel de sus mejores años ni creemos que se lo proponga. Francella está parado en lo suyo y el que se queda quieto, al cabo, atrasa. Citemos a Gardel y Le Pera. El mundo sigue andando y Francella no. El total de sus acompañantes llama a la reflexión. Una exageración característica del peor cine italiano de diversión es el denominador común. Norman Briski y Pompeyo Audivert seguro cobraron antes de averiguar qué papel harían y, con más seguridad, estarán disculpándose con la frase del grotesco argentino y discepoliano: "De algo hay que vivir".

 

Laurita Fernández está elegida para hacer de tonta que logra desplazar a Francella de su trabajo. Un personaje tan esquematizado que termina siendo perdonada por los televidentes. Es más que eso, pero le pidieron "eso". Scarpino y Menahem siempre trabajan de apresurados y ese formato de comedia veraniega donde me rio de lo que hago porque no lo hago en serio y vamos, reite conmigo, pasemos el rato, salva sus actuaciones – el formato - porque de ellos se espera la exageración y la simulación como el alma del personaje.

 

Asombra el personaje de la hija del personaje central, que actúa como si fuese una película en serio, donde lo suyo es un personaje dramático que tiene sus problemas – con el otro, el personaje principal - según y conforme el esquema de un libro, un texto, un drama: hija abandonada por padre lejano. Dos personajes resueltos de un modo diferente. Fernandes (con ese), jugando lo suyo; Francella sin salir de la exageración, y sin entrar en el drama y el texto que se corresponde. El uso excesivo de una palabra, personaje, es necesario: no hay vida en las escenas, hay uso del personaje que el libro marcó. El valor que se desprende de la palabra, el sujeto "personaje", lleva a creación, irrealidad. Eso es lo que pasa. La excesiva constancia: irreal. Todo es irreal.

 

¿Qué marcó el libro? Volar, sobrevolar sobre la vida sin detenerse jugando a los sobreentendidos y que el arquetipo natural del esquicio (comedia de televisión, unitario gracioso) sirva para explicar cabos sueltos. Ejemplos: muerte de la madre y esposa; relación con el pececillo de color (¿"Axolotl", de Julio Cortázar? ¿"Quisiera ser un pez", según Juan Luis Guerra?), que ubica un alto grado de inmadurez en el relato. Es locura, es incapacidad, es un costado escondido de la personalidad del personaje… qué objeto tiene en la trama…

 

Por algún instante aparece, clarísima, la imagen de las comedias de Darío Vittori y este Francella, que soñaba con ser como Alberto Olmedo, termina más cerca del tano y sus exageraciones que, como eran trabajos semanales, se entendían de ése modo.

 

Tal vez por allí aparezca el eje, el porqué. Granizo se verá con la facilidad que se veían aquellas comedias con libro de Gius, donde el actor, productor, director ejercía de "capocómico". Ejercía. Si esta fuese una comedia para una semana muchos dirían ojalá la repitan. Podrán verla cuando quieran. En Netflix las obras no se vencen. El pague para ver dura mucho tiempo. En todos los años que vendrán sucederá exactamente lo que se vio.

 

Un actor que, por repetirse, se acerca al cansancio y la sospecha que debemos advertir: Francella no se puede escapar de sus gestos, los que automatizó junto a Florencia Peña. Queda una esperanza: que aparezca otro Campanella y logre quitarle el cartón, las telarañas y el cansancio, porque eso supone su actuación: tremendo cansancio de "hacer de Francella", el peor Francella, el que se siente obligado a… ¡Hacer de Francella!

 

Nacido en el 1955, Francella no es un jovencito. La película Granizo lo pone otra vez en la televisión (es una película Netflix, para plataformas, se la encuentra en televisión, en el hogar de cualquiera… con Netflix). El 14 de febrero cumplió años. El 30 de marzo el filme arrancó, aseguran que con buena repercusión, en cuanto a espectadores de la aplicación donde se la puede ver.

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