Dos delincuentes, uno de ellos con antecedentes penales, aceptaron este lunes sendas condenas de prisión efectiva, por los robos a mano armada cometidos en enero último en dos conocidas pastelerías de la capital provincial.

 

Se trata de Brian Alberto Ponce (29) y Exequiel Santiago Insaurralde (26), quienes permanecen tras las rejas desde principios de febrero, luego de que los investigadores lograran identificarlos a través de los registros fílmicos de los comercios víctima.

 

 

Los dos fueron trasladados en horas de la mañana a los tribunales locales para una audiencia de juicio abreviado, en la que la jueza Sandra Valenti les leyó los términos del acuerdo en base al cual deberá dictar la sentencia en los próximos días.

 

 

Reincidente

 

 

El escrito fue el resultado de las negociaciones entre los fiscales Sebastián Szeifert y Arturo Haidar y los defensores públicos, Gustavo Durando y Mario Guedes, en representación de los detenidos, que suscribieron con sus firmas.

 

Ambos aceptaron cargos como coautores del delito de robo, agravado por el empleo de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede tenerse por acreditada -en dos oportunidades-; con una pena de 5 años de prisión de cumplimiento efectivo.

 

 

En el caso de Insaurralde, la sanción se eleva a más del doble de tiempo -10 años y 6 meses-, porque al momento de cometer los hechos se encontraba en libertad condicional. Según consta en la carpeta judicial, purgaba una condena de 8 años de prisión del 28 de febrero de 2019 por el delito de tentativa de homicidio agravado. Por ese motivo y atento al tiempo que estuvo privado de la libertad, se le unificó la condena en 10 años y 6 meses de prisión y se lo declaró reincidente.

 

 

Cajas registradoras

 

 

Ponce e Insaurralde cometieron dos robos a mano armada y en seguidilla -el 11 y el 12 de enero-, en los locales comerciales de La Pastelería de Gladys de Barrio Candioti y en Zulma Alé Café de Sargento Cabral.

 

La mecánica en uno y otro caso fue similar. Según registraron las cámaras de seguridad de los negocios, una vez adentro, mientras uno de ellos amenazaba con un arma de fuego a los presentes, el otro buscaba objetos de valor detrás de las barras, llevándose consigo las cajas registradoras.

 

En el caso de la pastelería del bulevar Gálvez y Necochea, la dupla entró a las 22.11 y a los pocos segundos abandonó el local llevándose consigo $ 180.000 que estaban dentro de la caja. Según los testigos, escaparon caminando por calle Necochea hacia el norte.

 

 

Al día siguiente, el botín fue de $ 100.000, pero además de la registradora se alzaron con una mochila de una de las empleadas y otros objetos de valor que estaban detrás del mostrador. La huida fue por Martín Zapata hacia el oeste.