Por Nicolás Loyarte

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Transcurrieron 69 días desde aquel recordado miércoles 19 de enero pasado cuando se desmoronó el extremo sur del Dique I del Puerto de Santa Fe. El sacudón retumbó en toda la zona y fue captado por una cámara de seguridad. Por fortuna, en el momento del derrumbe no había nadie sobre el paseo ni tampoco ninguna embarcación debajo en esa zona del río. En el Dique I funciona el shopping y el casino de la ciudad, entre otros servicios, por lo que recibe a diario gran cantidad de circulación de gente.

Tras el hecho, el Ente del Puerto de Santa Fe dispuso un vallado preventivo para evitar accidentes y además se colocó un balizado (boya) de señalización de peligro en el agua. El vallado se extiende desde entonces en todo el balcón del Dique, que tiene más de un siglo de historia, a donde habitualmente hay circulación peatonal. Así se dispuso hasta tanto se realicen pruebas y estudios que determinen la seguridad del paseo.

Luego de realizar los primeros estudios de ingeniería, la semana entrante los especialistas tienen previsto realizar una prueba definitoria de resistencia de cargas en distintos puntos del paseo del Dique, para ratificar lo que presuponen: que el sector es seguro.

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Crece y contiene

Hoy el río Paraná en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe está en 1,15 metros de altura, en creciente. Mientras que al momento del desmoronamiento se encontraba en -0,23 metros, una de las marcas más bajas de los últimos 77 años. "Ese es uno de los principales motivos por los que se desmoronó la punta del dique", advirtió en enero Esteban Franco, gerente de Ingeniería del Puerto, quien está a cargo de los estudios.

La fuerza del agua del río contra el paredón de defensa hace las veces de contención. Mientras que cuando el río se retira existe mayores posibilidades de desmoronamientos en todas las riberas. Por ello el pico de bajante histórica de enero tuvo incidencia en el desmoronamiento de un sector que había sido construido entre 1905 y 1910.

Durante los días posteriores al desmoronamiento, buzos tácticos inspeccionaron toda la zona para verificar si existían riesgos de que se produzcan nuevos derrumbes. "Recorrieron diez metros a cada costado del sector. El resultado fue dentro de todo positivo, porque concluyó que la estructura general se encuentra en un estado de conservación aceptable . No hay fallas que indiquen el final de la vida útil de la estructura", mencionó a principio de año el gerente portuario. También se sumaron otras inspecciones visuales y terrestres a lo largo de todo el muelle.

En los próximos días, en conjunto con especialistas del Centro de Investigación y Desarrollo para la Construcción y la Vivienda de la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Santa Fe (Cecovi UTN), "está previsto realizar ensayos de cargas en diferentes sectores del muelle", explicó este martes Franco.

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Reparación

"El objetivo de estos estudios finales es determinar la seguridad del muelle para poder retirar el vallado y recuperar el normal uso del espacio tanto para actividades comerciales portuarias como para turismo y esparcimiento", dijo el representante del Ente portuario. Y específicamente en el sector del derrumbe "hay tareas programadas para estabilizar la estructura y luego realizar obras de contención", finalizó.

Impacto

Luego del impacto económico que sufrió el paseo comercial del Puerto durante la etapa de aislamiento social preventivo por la pandemia de coronavirus, el vallado perimetral del Dique I restringe el volumen de circulación de turistas y vecinos consumidores.