El extraordinario 2020 profundizó tensiones ya existentes en el ámbito educativo. No sería justo decir que no hubo clases, pero a la vez, la virtualidad demostró no ser un reemplazo de la presencialidad, aunque sí un complemento necesario para un mundo cada vez más conectado. Revalorizar la institución que marca el pulso social dependerá de abocarse a resolver las tareas pendientes, brindando un piso de igualdad para las oportunidades de todos.
En boca de todos. El virus instaló en la opinión pública un profundo debate sobre la función de la escuela, visibilizando cuestiones como el acompañamiento de los estudiantes en sus casas, la sobrecarga laboral de los docentes, el rol de la familia en el proceso pedagógico, el acceso a los recursos tecnológicos y la deficiente infraestructura de los establecimientos, entre otros. Crédito: El Litoral.
Marzo marcó un antes y un después en la Argentina. El mes en que tradicionalmente las miradas se posan sobre el comienzo de un nuevo ciclo lectivo, terminó provocando gran conmoción en el general de la sociedad y en la comunidad educativa en particular.
El calendario 2020 fijaba para el lunes 2 de marzo el inicio de clases para unos 6 millones de alumnos y alumnas de los niveles inicial y primario. El ciclo lectivo comenzaba a término en buena parte del país, luego del acuerdo alcanzado en la recuperada paritaria nacional entre gremios docentes y el ministerio de Educación, encabezado por Nicolás Trotta, en el electo gobierno de Alberto Fernández. Pero el marco no era homogéneo, en algunas provincias el escenario era más complejo.
En Santa Fe, al igual que otras cinco jurisdicciones, los reclamos salariales retrasaron el comienzo de la actividad escolar. Por entonces, el gobierno recientemente asumido de Omar Perotti, con Adriana Cantero designada nuevamente al frente de la cartera educativa provincial, proponía al sector docente un incremento del 3% con sumas complementarias y suprimía la célebre "cláusula gatillo", mecanismo implementada en la gestión socialista para hacerle frente a la inflación más alta de las últimas tres décadas hacia el final del gobierno de Mauricio Macri. En los días previos al comienzo del nuevo ciclo lectivo, el ofrecimiento era rechazado por "insuficiente", retrasando el normal comienzo de clases en la provincia y formalizando los primeros de varios cruces que los gremios tendrían con el gobierno santafesino entrante.
Hasta ese momento, poco se escuchaba sobre el coronavirus. Días después, el 7 de marzo, se conocía la primera muerte de una persona con Covid-19 en el país. Ante el inminente arribo de la pandemia, el presidente Fernández anunciaba el 15 de marzo la suspensión de las actividades presenciales, entre ellas, las clases. En ese marco, las escuelas se prepararon para estar lejos de las aulas por catorce días, luego caerían en la cuenta que sería todo un año. Marzo marcó un antes y un después en la educación argentina, tirando por la borda la planificación sobre lo conocido y saliendo a flote con una escuela de emergencia.
Este contexto de crisis hizo que, por primera vez en la historia, las instituciones educativas se encontraran cerradas al unísono en casi todo el mundo. Según estimaciones de la Unesco, unos 850 millones de jóvenes dejaron de ir a sus escuelas debido a la pandemia.
Frente a la emergencia sanitaria, el gobierno nacional puso en marcha el programa de emergencia educativa "Seguimos educando", que articuló contenidos para radio y TV, una serie de cuadernillos y una plataforma online con materiales digitales para dar continuidad a las actividades de enseñanza hasta tanto se retomara el funcionamiento de clases. La búsqueda de consensos para obtener cierto marco de normalidad conformó una de las prioridades de la agenda ministerial. En coordinación con el Consejo Federal de Educación se elaboraron protocolos e indicadores de riesgo epidemiológico, que dejarían poco margen para el regreso a la presencialidad durante el transcurso del año.
En Santa Fe, el abordaje de la pandemia tuvo antes que poner un freno al programa anunciado con entusiasmo en el inicio de gestión del nuevo gobierno. Para garantizar el derecho a la educación, "Todos los chicos y las chicas en la escuela" tuvo que convertirse de manera imprevista y forzada en "Seguimos estudiando en casa". Esto significó también la elaboración de cuadernillos, contenido audiovisual y digital para continuar el vínculo a distancia a través de distintos medios. En la ruralidad, la pandemia no alteró tanto las rutinas habituales, muchos docentes de esa modalidad sostuvieron los trayectos lectivos con lo mejor que pudieron, incluso acercando a sus alumnos las actividades escolares dejándolas colgadas en las tranqueras de entradas de las casas.
No sería justo decir que durante el 2020 no hubo clases. El esfuerzo de directivos, docentes, estudiantes y familias permitió sobrellevar esta situación inédita e inaudita. Pero sí es cierto que la educación virtual no es la escuela. La falta de conectividad, de recursos y hasta de espacio físico puso en evidencia el retraso tecnológico de vastos sectores del país, resaltando la desigualdad socioeconómica que viven millones de familias. Como contracara, el servicio alimentario de los comedores escolares del que dependen una enorme cantidad de alumnos supo adecuarse al aislamiento. Sin embargo, los históricos problemas de infraestructura terminaron condicionando un regreso seguro a las aulas, imposibilitando el armado de "burbujas" que permitan mantener la higiene y el distanciamiento social.
En simultáneo, desde las entrañas del sistema educativo surgieron una serie de experiencias novedosas que será necesario considerar para pensar la escuela de la post pandemia. Quedó en claro, por ejemplo, que el horario escolar tradicional se vuelve imposible en la educación a distancia, ya que el ritmo de enseñanza-aprendizaje es diferente. Además, el rol de la familia volvió a ser preponderante, acompañando en los nuevos retos que implicó aprender desde casa, los problemas de conectividad y de comprensión de las tareas escritas.
Sería ingenuo pensar que los problemas con los que cargaba el sistema educativo antes de la pandemia se resuelvan en un profundo contexto de crisis. Para ello, será responsabilidad de los Estados desplegar políticas públicas que pongan a la institución escolar en el centro de la escena, donde la prioridad sea garantizar el derecho de millones de jóvenes a tener una adecuada educación, evitando perpetuar la desigualdad económica, social y cultural a lo largo y ancho del país.
El gobernador Pullaro dejó inaugurado uno de estos espacios en Pueblo Esther, departamento Rosario. “Con los Centros de Denuncia descomprimimos las tareas administrativas de la Policía, y así sumamos efectivos a las calles”, marcó.
Un auto y un camión impactaron frontalmente en la zona sur de la provincia (departamento Iriondo). El tránsito estuvo interrumpido por unas horas. Intervino la Fiscalía de Cañada de Gómez.
El evento se realizará en el predio ferial del Centro Industria, Comercio y Afincados de Esperanza. El Gobierno de la Provincia apoya la iniciativa a través de la Secretaría de Turismo.
Un proyecto de ordenanza que ingresa esta semana al Concejo de Rosario plantea crear un corredor sanitario con cuidadores y baños antibandálicos que garantice que todo ciudadano, turista o usuario de un colectivo, tenga un lugar público y seguro para sus necesidades.
Este nuevo cumpleaños sorprende al club en otro desafío de los tantos que vivió a lo largo de su existencia. Y del que seguramente encontrará fuerzas para salir adelante.
En la tarde de este viernes un auto y un camión impactaron frontalmente en la zona sur de la provincia (departamento Iriondo). El tránsito estuvo interrumpido por unas horas. Intervine Fiscalía de Cañada de Gómez.
Las evidencias fueron aportadas este jueves a la Unidad Fiscal de San Justo y habrían surgido, producto de la reciente intervención de la comuna de Villa Saralegui.
El objetivo de este espacio es trazar los lineamientos de trabajo entre los diferentes actores y buscar las soluciones para las problemáticas que afronta el sector.
La propuesta cultural del grupo Polvareda reunirá la lectura de cuentos, en voz de sus autores, de Juan Vitulli, Miriam Cairo, Fidel Maguna y Natalia Massei. Los trabajos serán acompañados por una muestra fotográfica de Luis Vignoli. Cita pactada para el viernes 10 de mayo, a partir de las 19, en la Casa de la Mutual “Carlos Pellegrini”.
Tocará una improvisada versión de su último trabajo Fuerza de madre (BlueArt, 2023). La llamativa propuesta tiene formato de cercanía con un público que formará parte del escenario. Martes 7 de mayo a las 20 será la única función. Capacidad limitada.