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Miércoles 27.04.2022 - Última actualización - 15:58
15:52
¿Insistir es la clave para la solución?
En Santa Fe, un derrame de agua recibió una respuesta inusual: "Sigan sumando reclamos"
Después de casi un mes y varios llamados, una pérdida en una esquina del barrio Fomento 9 de Julio fue reparada. “Reclamen varias veces”, les habían advertido a los damnificados desde la empresa prestataria.
En la intersección de Santiago Derqui y Rivadavia comenzaron los arreglos del caño que perdía agua hace más de 20 días. Crédito: Pablo Aguirre.
Este martes, vecinos del barrio Fomento 9 de Julio se encontraron con algo que esperaban hace casi un mes. Personal de Aguas Santafesinas SA. (Assa) se hizo presente en la intersección de las calles Santiago Derqui y Rivadavia para reparar un derrame de agua.
A metros del Puente Negro, en Aristóbulo del Valle y Salvador del Carril, los habitantes del barrio santafesino pasaron más de 20 días pidiendo un arreglo en un caño de agua.
Finalmente, operarios de Aguas Santafesinas solucionaron el problema pero los vecinos afirman que tuvieron que insistir en los reclamos para lograr la solución.
En la intersección de Santiago Derqui y Rivadavia comenzaron los arreglos del caño que perdía agua hace más de 20 días.Foto: Pablo Aguirre.
Daniel, un habitante de la zona, contó a El Litoral que todo comenzó a principios de abril con una “pequeña filtración”, pero que con el correr de los días “la calle empezó a hundirse y salía un chorro de agua”. Por suerte para los vecinos, fue un caño de agua y no una cloaca por el olor que esta podría haber causado.
El primero en realizar un reclamo fue el habitante de la casa de la esquina justo donde se rompió el caño a principios de abril. Al ver que no había solución, volvieron a llamar y, según Daniel, recibieron una respuesta inesperada: “Cuantos más reclamos hagan, más rápido van a ir a arreglarlo”.
Los vecinos tomaron la sugerencia de la propia empresa y comenzaron a llamar insistentemente a los fines de sumar voluntades y lograr el arreglo.
La situación era tediosa porque la calle estaba llena de agua y arenilla. Los autos que circulaban por la zona debían frenar demasiado y cada vez que pasaban por el lugar “la calle se hundía un poco”, relata Daniel.
Tras más de 20 días y un sinfín de reclamos, el problema fue solucionado y ahora solo queda tapar el socavón que se realizó para la reparación.
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