Por Mario Cáffaro

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Apenas tres semanas lleva consumido el 2022 y en medio del calor, la sequía, los incendios y las vacaciones de santafesinos, los dirigentes políticos ya hablan del armado del 2023, cuando se renovarán el Poder Ejecutivo, la Legislatura y gran parte de las conducciones municipales y todas las comunales. 

Es en la oposición donde los dirigentes están mucho más activos y hasta es lógico, no tienen la responsabilidad de la gestión del día que le compete al Poder Ejecutivo. ¿Qué tiene la oposición sobre la mesa? El deseo de muchos dirigentes de trabajar en la construcción de un nuevo frente electoral que contenga a las principales fuerzas políticas. Un frente de frentes, como se repitió antes de la elección del año pasado. 

¿Es posible? El tiempo lo dirá, pero son muchos los actores que convergen en el objetivo. Por ahora todos proponen definir un programa y después los nombres de los candidatos. ¿Qué cambió desde el 2021 como para intentar armar algo que no se logró en ese año? Para muchos el triunfo en la primaria  de Juntos por el Cambio de listas encabezadas por dirigentes radicales, léase Carolina Losada, Dionisio Scarpin y Mario Barletta, más el armado de Julián Galdeano. Agréguese la elección de Maximiliano Pullaro en esa interna, con el respaldo del espacio NEO, que resolvió dejar el Frente Progresista y trabajar en Juntos por el Cambio. Después el triunfo en la elección legislativa nacional. Con esos resultados, actores radicales parecen ser los encargados de llevar adelante el objetivo.

En algún momento, Darío Boscarol -ahora en la mesa del comité nacional- postuló a Barletta para encarar esa tarea y el propio Pullaro está hablando con sus correligionarios, pero también con socialistas y con macristas. La alianza para la PASO con el ahora diputado nacional Gabriel Chumpitaz, le abrió las puertas amarillas.

Los radicales deben definir en las próximas semanas su nueva conducción partidaria en Santa Fe, donde el NEO tendría la presidencia del comité provincial y los ganadores de la PASO la titularidad de la convención, que es la encargada de definir el marco de alianzas. No obstante, hay otros sectores de la vida interna que deberán opinar y que son los que acompañaron a José Corral o los radicales que constituyeron el Frente Amplio Progresista. El otro dato y no menor es que la última elección puso en sintonía el marco de alianzas nacional y provincial de la UCR en Juntos por el Cambio. 

Los calendarios electorales disociados de 2023 obligarán a las definiciones provinciales muchos meses antes que la nacional y por eso el frente amplio cobra mayores posibilidades de concreción en Santa Fe.

Otro de los dirigentes que apuestan a un frente de frentes, previo programa, es Antonio Bonfatti. Es el único ex gobernador no peronista con vida. Se lo ve activo en el verano y motorizó encuentros con varios referentes políticos. En 2019 perdió la gobernación a manos de Omar Perotti pese a lograr más de 660.000 votos y está convencido de que se deben definir líneas programáticas, especialmente en materia de seguridad, uno de los problemas más serios que afrontó su gestión. 

La postura de Bonfatti -ya comunicada a varios radicales con los que compartió gabinete, gestión e incluso Legislatura- puede agilizar un debate que la dirigencia socialista mantiene internamente tras la elección de noviembre. Parecen ser cada vez menos los dirigentes que consideran que el Pro es el límite. Además, hoy el PS todavía no tiene un dirigente que por el arrastre de votos pueda condicionar las negociaciones. Enrique Estévez, Clara García, Pablo Farías, Joaquín Blanco y Mónica Fein encabezan permanentes reuniones en distintos puntos de la provincia para conocer la opinión de afiliados pero también de dirigentes sociales.

Actores importantes a la hora de opinar del armado serán los intendentes de las dos principales ciudades: Pablo Javkin y Emilio Jatón, ambos con partidos propios y en alianza con socialistas y sectores del radicalismo. Ambos, por ahora, tratan de preservar la gestión ante las dificultades del momento pero pretenden ser actores. En el caso del rosarino, en los próximos meses será central su tratamiento prostático cuya necesidad hizo público en los primeros días del año. Jatón es mucho más hermético sobre lo que viene y se limita a recomendar hablar con todos.

El restante actor es el Pro santafesino, al que le costó admitir la derrota en la PASO nacional de su principal referente, Federico Angelini. No obstante, dirigentes nacionales amarillos fueron los primeros en llamarlo e instarlo a volver a caminar el territorio pensando en el 2023. Será la tarea que se dará cuando ceda el calor. Ahora se encuentra además con dirigentes que apostaron a alianzas con radicales y que están en posiciones expectantes y que también opinan, la mayoría de los cuales ve con expectativa el frente de frentes. 

Sin pretensión alguna de ser candidato, Miguel del Sel ha invitado a algunos dirigentes radicales a sentarse a una mesa gastronómica para conocer su proyecto, utilizando como puente siempre al ex diputado Raúl Fernández.

Más allá de las líneas radicales, socialistas y macristas, están otras fuerzas políticas como el PDP, la Coalición Cívica, Gen, que miran con detenimiento la marcha de estas conversaciones.

"No hay lugar para dos frentes opositores al peronismo" se escucha decir a radicales, socialistas y en el Pro;  juran que hay que acordar el programa. Para los reacios al entendimiento, se vuelve a exhibir la foto de fines de los 90 cuando Horacio Usandizaga tejió acuerdos con Guillermo Estevez Boero y con Alberto Natale. En aquellas épocas el justicialismo parecía invencible en la provincia, hasta que -caída la ley de Lemas- Hermes Binner llegó a la gobernación con el apoyo de varios partidos y de extrapartidarios. 

El escenario 2023 está abierto y restará saber cómo se moverá el gobernante justicialismo, que parece estar buscando referentes en los medios de comunicación y en el deporte como posibles alternativas electorales. En el mientras tanto, la principal preocupación de Omar Perotti en las primeras semanas pasó por la falta de apoyo legislativo al Presupuesto -tema que volverá en febrero- y la investigación del MPA sobre posibles casos de inteligencia ilegal durante la etapa en que Marcelo Sain fue su ministro de Seguridad. El decreto instando al Fiscal de Estado para que se presente como querellante en la causa es prueba de esa preocupación.

"No hay lugar para dos frentes opositores al peronismo" se escucha decir a radicales, socialistas y en el Pro; juran que hay que acordar el programa. 

El escenario 2023 está abierto y restará saber cómo se moverá el gobernante justicialismo, que parece estar buscando referentes en los medios de comunicación y en el deporte.