Aeberhard señaló que la vacuna no nos inmuniza contra los daños en la salud mental. Debemos reforzar el sistema sanitario de Salud Mental destinando más recursos para lograr bienestar mental en la población.

 

Hace unas semanas visitó junto con el secretario de Gobierno, Arq. Oscar Urruty, el Hospital Oncológico José Bernardo Iturraspe. Dialogaron con los Dres. Osvaldo Marelli y Pablo Bertero, quienes trabajan en la propuesta de constituir un Hospital de día que forme parte del Servicio de Salud Mental del Hospital Oncológico y se oriente a la atención de las necesidades de la comunidad en coordinación con el Hospital Oncológico e instituciones.

 

Por otro lado, la candidata a concejal por Mejor Santa Fe, consultó al Psicólogo Lucas Bustos, sobre cómo es conveniente abordar esta situación. Bustos opina que “debemos pensar juntos nuevas herramientas, innovar, porque no hay soluciones mágicas. Tejiendo lazos y redes desde el trabajo comunitario a largo plazo, podemos encontrar respuestas, sabiendo que no va a ser rápido el cambio. En Santa Fe se deberán buscar estrategias diferentes que, en Rafaela, por ejemplo, porque el entramado social y la salud mental de la ciudad depende de otros componentes. Como política de estado hay que formar psicólogos comunitarios, trabajar con un equipo interdisciplinario donde se hace un relevamiento del barrio y de la zona casa por casa, y así se sabe los recursos con los que la comunidad cuenta en términos de salud mental”.

 

 

Para Marcela la ciudad “debe ofrecer espacios públicos de trabajo colectivo y un plan a corto y mediano plazo que tenga intervenciones muy precisas. Generar políticas sanitarias hoy requiere que se haga un corte y entender que esta es una situación novedosa, hay que asesorarse con profesionales y abordar esta problemática tomando conciencia de la carencia”.

 

 

 

En busca de un análisis sobre esta situación, Marcela se reunió con el psicólogo Mariano Carmelé para dialogar sobre la salud mental de los santafesinos. “En pandemia vivimos un caos, atravesamos mucha incertidumbre. Se dio un bloqueo externo inevitable que no pudimos controlar, se te indicaba que debías hacer y que no, e internamente estábamos llenos de temores.

 

En ocasiones de peligro uno se paraliza, la psiquis se enfoca en esa situación y busca sobrevivir, pero cuando pasa el peligro se libera y hace el síntoma: fibromialgia, dolores en el cuerpo sin causa alguna, trastornos de ansiedad, contracturas musculares que desembocan en dolores de cabeza, mareos etc. Es una descarga saludable que lo tenemos que hacer inevitablemente para llegar al equilibrio. De alguna manera hay que canalizar la ansiedad.

 

Algunos salen airosos y lo pueden manejar con las herramientas que tienen, lo social que se nos prohibió, es fundamental para contrarrestar la ansiedad y la angustia” remarca Carmelé.

 

 

“Obviamente que se vieron psicológicamente más afectados aquellas personas cuya economía se deterioró, que aquel que percibía su sueldo todos los meses.

 

 

Por otro lado, estos golpes obligaron a las personas a reinventarse y flexibilizarse, pero esto depende de las habilidades de cada uno. Hay quienes se derrumbaron. Aparece el sálvese quien pueda, y se ve claramente la esencia del ser humano.

 

Aconsejo a mis pacientes acostumbrarse a esta situación viviendo el aquí y ahora lo mejor posible, porque no sabemos cuándo va a acabar, pero sabemos que va a terminar.

 

 

Aeberhard desea llegar al consejo para aportar a esta problemática desarrollando REDES SANTAFESINAS, que apoyen a adolescentes, jóvenes y adultos mayores, para crear comunidades resilientes, inclusivas y seguras.

 

 

Este lo venimos estudiamos y analizando del programa “Laboratorio de Sueños” de UNICEF proyecto piloto que se implementó en Ecuador, que brinda talleres para ayudar al desarrollo y hace entrega de una capital semilla para su ejecución “Las experiencias en Quito (Ecuador) nos llevan a pensar que la construcción de este trabajo comunitario podría fortalecer los lazos intentando redefinir los valores sociales actuales”.

 

 

En la ciudad no es fácil conseguir un turno en la parte pública para ser atendido en el área de salud mental. Marcela les habla a todas las personas y en especial a los adolescentes y adultos mayores que están atravesando momentos de estrés: “Quiero decirles que no están solos, hay cosas que podemos hacer juntos para sentirnos mejor. La propuesta es realizar talleres en los barrios, armar equipos de profesionales y voluntarios, junto con la Iglesia, donde la gente pueda expresarse a través del juego, el teatro o la lectura, para plasmar sus problemas y preocupaciones. Identificar las necesidades reales de la ciudad, los desafíos de la comunidad y diseñar proyectos posibles de implementar. Crear redes y compartir experiencias nuevas con jóvenes que comparten intereses y motivaciones”.