La concejala Valeria López Delzar (CREO-FPCyS) presentó un proyecto de ordenanza en el Concejo Municipal para establecer una Política Climática Municipal. La propuesta tiene como fin regular los principios, objetivos, derechos, deberes, estrategias, instrumentos y acciones para la adaptación y mitigación de las consecuencias del cambio climático en nuestra ciudad.

La iniciativa presentada busca establecer una política pública de respuesta al cambio climático que incluya reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mitigar los impactos adversos del cambio climático sobre los sistemas sociales y los ecosistemas mediante, por ejemplo, la reducción del uso de combustibles fósiles en el ámbito municipal, en favor de la utilización y producción de energías limpias y renovables. Por otra parte, esta Política Climática Municipal estará orientada hacia la prevención de los riesgos derivados del cambio climático que constituyan una amenaza que afecten los derechos humanos y ambientales, como así también maximizar la protección de la diversidad biológica y de personas, comunidades y colectivos sociales en contexto de vulnerabilidad climática.

“Es hora de tomar realmente en serio lo que está ocurriendo con el planeta y desde nuestra ciudad podemos hacer mucho: incorporar principios de eficiencia energética para todas la obra pública y privada local, desde la iluminación hasta la propiedad horizontal; afianzar una movilidad urbana no motorizada, generando mejores condiciones de tránsito para ciclistas y vecinos/as y, paralelamente, minimizar el uso y la circulación de los automóviles; peatonalizar más calles, manzanas y tramos de avenidas; despavimentar veredas para reverdecerlas; desurbanizar la actividad industrial; expandir sin límites las áreas naturales urbanas, como una manera de proteger y crear más sumideros de carbono; entre muchos otras” — enumeró Lopez Delzar—.

En su articulado el proyecto propone la creación de un Gabinete Municipal de Cambio Climático que tendrá como funciones diseñar e implementar un Plan Municipal de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático; evaluar y monitorear las políticas locales al respecto; contribuir a la transición hacia las energías renovables; promover la educación climática y energética municipal; promover el desarrollo científico y tecnológico local en relación al este tema, entre otras.

Cabe destacar que las principales consecuencias que se pretenden mitigar mediante este proyecto son el aumento general de la temperatura media, los “eventos meteorológicos extremos” como la intensificación de las precipitaciones, mayor frecuencia de inundaciones, sequías recurrentes y prolongadas y la mayor duración de las olas de calor que asedian a nuestra ciudad y el área metropolitana, por ejemplo.

“El modo de producción vigente ha generado una enorme degradación sobre la naturaleza, en un planeta en el que somos huéspedes cada vez más dañinos e ingratos. Este modo de producción mercantiliza la naturaleza y compromete cada día más los ecosistemas y con ello el bienestar y calidad de vida humana. No vamos permitir que el mercado continúe hipotecando nuestras vidas y las de nuestros hijos, nietos y generaciones por venir” — señaló la concejala —.

Seguidamente, describió la composición de las emisiones de gases de efecto invernadero, en base a datos oficiales de la provincia, publicados en 2018: “El 49,3% corresponde al sector energético basado en la producción y consumo de combustibles fósiles; el 43% corresponde a la agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos del suelo; luego, en menor medida, el sector correspondiente a los residuos aporta el 5,2 % y las industrias, el 2,5 %. Todo ello se traduce en un total de 23,4 millones de toneladas de CO2 y otros gases”.

Sobre el proyecto

A lo largo de 21 artículos la ordenanza propine regular el ámbito de aplicación, objeto, definiciones, principios, objetivos generales, disposiciones sobre adaptación y mitigación, un diseño institucional que garantiza la participación de la sociedad civil y los/as vecinos/as de la ciudad, compuesto por una Autoridad local de aplicación, un Gabinete Municipal de Cambio Climático y un Consejo Asesor Externo sobre Cambio Climático de carácter consultivo y permanente.

Además, el texto regula los denominados “instrumentos para la Gestión de la Política Climática”, entre los que se encuentra el Inventario Municipal de Gases de Efecto Invernadero, las Contribuciones Nacionales Determinadas presentadas por el Estado Federal, el Ordenamiento Territorial y Climático Municipal, el Atlas Municipal de Vulnerabilidad frente al Cambio Climático, la Evaluación de Impacto Ambiental Climática, entre otros.

Finalmente, la ordenanza promueve la celebración de acuerdos de colaboración reciproca con Universidades, Laboratorios, Centros de Investigación, Organizaciones no Gubernamentales, empresas y demás organismos provinciales, nacionales e internacionales, públicos o privados, a los fines de obtener asistencia técnica y recursos económicos, aplicados directamente sobre la Política Climática Municipal; crea un “Estímulo a la Investigación Climática y Energética” en el ámbito local a través de un programa de investigación para financiar proyectos bianuales en materia de cambio climático con especial atención a las necesidades municipales y metropolitanas, que favorezcan el enfoque interdisciplinar, componentes internacionales y la perspectiva de género, dirigidos por investigadores/as pertenecientes a las universidades públicas y privadas situadas en la Provincia; y crea un Fondo Climático Municipal para financiar los gastos que demanden la implementación de la presente ordenanza que se integrará, inicialmente, con recursos asignados anualmente por el Departamento Ejecutivo Municipal, que en ningún caso podrán ser inferiores al 0,3% del total del presupuesto municipal.

En consonancia con esta iniciativa, en octubre pasado la edila también presentó el proyecto de ordenanza Derechos de la Naturaleza que pretende reconocer a la naturaleza como sujeto de derechos, como un fin en sí mismo no susceptible de objetivación o mediatización, estableciendo una relación de igualdad y respeto entre los seres humanos y la misma, su existencia, el mantenimiento y regeneración de sus ciclos y funciones vitales.