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Jueves 31.12.2020 - Última actualización - 13:00
11:51

Balance del año

La producción sigue latiendo

A pesar de la sequía, de los incendios, de retenciones sí, retenciones no, el sector agropecuario cierra el año con grandes expectativas, pensando que el año nuevo puede ser mejor.

 Crédito: Archivo El Litoral
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Balance del año La producción sigue latiendo A pesar de la sequía, de los incendios, de retenciones sí, retenciones no, el sector agropecuario cierra el año con grandes expectativas, pensando que el año nuevo puede ser mejor. A pesar de la sequía, de los incendios, de retenciones sí, retenciones no, el sector agropecuario cierra el año con grandes expectativas, pensando que el año nuevo puede ser mejor.

En un año muy complejo para la economía global como consecuencia de la pandemia de Covid-19, la producción agropecuaria fue un centro de atención permanente del gobierno, los productores y los empresarios. Claro que hubo situaciones no queridas que obligaron a replantearse niveles de estimaciones consideradas fijas al comienzo de marzo pero que luego fueron cambiando con el correr de los meses. Considerada una actividad esencial, la productiva fue una de las que continuó desarrollándose, especialmente para el abastecimiento de alimentos y atender los requerimientos exportadores. Eso fue clave para que la actividad no perdiera ritmo sino que lo frenara un poco, situación que mejoró a partir de mitad de año hasta alcanzar valores de la actualidad pre-pandemia.
 

Pero como ya se sabía, la sequía iba a jugar un rol preponderante en muchas de las decisiones que se adoptaron, desde adentro y desde afuera del sector. La mala condición en los cultivos en zonas clave llevaron a coincidir en una sustancial rebaja de las estimaciones productivas -para la campaña 2020/21- de unas 22 millones de toneladas proyectadas al inicio, hasta un rango de entre 18 y 19 Mt, que podría rebajarse aún más de no revertirse la situación. A ellos e tiene que sumar el período de incendios que afectó millones de hectáreas. Nuestra provincia vivió como nunca este problema.

El mercado local se hizo eco de las complicaciones teniendo en cuenta que la industria y la exportación necesitan que se garantice el flujo de mercaderías en los primeros meses de la nueva campaña, sobre todo considerando lo ajustado que se llegaría al empalme de las cosechas. El sector exportador habría asegurado provisión de mercaderías por 15,3 Mt, aunque no se espera que las exportaciones en la campaña sobrepasen las 12,3 Mt. El resultado final dependerá de los precios internacionales. Por ahora, el de la soja parece ser muy interesante.

 

Como dicen los productores, 2020 no fue un año malo, sí muy distinto al que todos proyectaban en el brindis de fin de 2019. El sector debió trabajar bajo condiciones que nunca había estimado.

 

Luego de las primeras semanas, donde la economía se caía a pedazos, el sector comenzó a despertarse con la recuperación de precios agrícolas y ganaderos, mayores operaciones comerciales mediante distintas plataformas financieras. En el caso de la ganadería, los remates virtuales parecen haberse consolidado como una herramienta en todo el país. A ello hay que añadirle el precio real del novillo de consumo, 25% más alto que hace un año.

 

La tercera pata del trípode productivo, la lechería, cierra 2020 con una fuerte erosión de su rentabilidad. El aumento de los costos y la inflación están golpeando la línea de flotación de los tamberos. El notable aumento del precio del maíz y la soja, que han alcanzado precios récord en las últimas semanas, está complicando la situación. Una a favor: se recuperan las exportaciones.
 

También para el sector de la maquinaria agrícola –otro esencial- el año cierra en positivo. En abril se empezó a trabajar y la actividad nunca se detuvo. Las ventas para el mercado interno fueron creciendo y en el segundo trimestre ya hubo un incremento del 6% o 7%, que superó el 20% en el tercer trimestre. Para tener en cuenta: el 90 % de los fabricantes de maquinaria tiene trabajo.
 

Aún falta

 

Pero aún hay cuentas pendientes. La política agropecuaria del Gobierno no parece muy clara. A pesar del diálogo fluido y constante entre funcionarios y los representantes de las entidades, no hay muchos resultados para destacar, sin olvidar que para el sector primario, entre los problemas que el Gobierno no solucionó, o incluso empeoró, están la presión fiscal, la falta de crédito y el desdoblamiento cambiario. Vistas así, las perspectivas no son buenas.

 

La mirada va un poco más del surco. Los chacareros consideran que el sector financiero sigue sin tener una resolución de apoyar a la producción; hay preocupación por la política cambiaria y el déficit fiscal irresuelto. Es que resulta imprescindible que se pueda lograr la estabilidad macroeconómica porque no se puede mantener la economía en punto muerto.

 

Vicentin: caso testigo para el gobierno

 

El 5 de diciembre de 2019 Vicentin sorprendió al mercado de granos y al sector agroindustrial argentino. El comunicado de la empresa informaba que iniciaría una reestructuración de pagos a sus acreedores pues había ingresado en una situación de ¨estrés financiero¨, más por cuestiones externas que internas del funcionamiento empresarial. Tras el impacto inicial, la forma en que el gobierno encaró el caso –primero intervención anunciada por cadena nacional y luego dejando sin efecto la decisión- significó para el ambiente político-económico del país el primer gran error de la administración Fernández.

 

A todas luces hubo una incorrecta apreciación de la realidad del sector agroexportador y la lección que se quiso imponer generó el resultado adverso. El pisoteo a la propiedad privada, sumado a la paupérrima comunicación del porqué de las decisiones, generó una movilización en las calles que con mucha rapidez opacó el objetivo. Cuando se decidió volver atrás, dejando sin efecto esa intervención, el gobierno perdió un gran porcentaje de credibilidad. Por entonces, la justifica de Reconquista comenzaba a pararse frente a la decisión del gobierno.

 

Hoy la firma con sede en el norte de la provincia está intervenida pero no salió de la crisis. Sus instalaciones están en funcionamiento porque varias empresas del rubro trabajan a fasón. Tras el fallecimiento del Ceo Nardelli hubo un cambio de directorio. La provincia, que pretendía una salida consensuada de la crisis abandonó el camino iniciado. Un año después de tanto revuelo, Vicentín se desprendió de Friar y amaga con hacerlo con otras empresas satélites del grupo. Pero la plata para cancelar los créditos todavía no aparece.

 

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