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Viernes 11.09.2020 - Última actualización - 11:11
10:59

Esenciales: cinco pasos vitales

Lavado de manos: una prédica que al fin tiene toda la atención

Palmas de las manos, dorso de las manos, entre los dedos, las yemas de los dedos y los pulgares. Ese es el procedimiento para higienizarse antes de la colocación de los equipos de protección y luego de retirar cada elemento. No solo vale para el personal de salud sino para toda la población.

 Crédito: El Litoral
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Esenciales: cinco pasos vitales Lavado de manos: una prédica que al fin tiene toda la atención Palmas de las manos, dorso de las manos, entre los dedos, las yemas de los dedos y los pulgares. Ese es el procedimiento para higienizarse antes de la colocación de los equipos de protección y luego de retirar cada elemento. No solo vale para el personal de salud sino para toda la población. Palmas de las manos, dorso de las manos, entre los dedos, las yemas de los dedos y los pulgares. Ese es el procedimiento para higienizarse antes de la colocación de los equipos de protección y luego de retirar cada elemento. No solo vale para el personal de salud sino para toda la población.

Un video institucional del Comité de Infecciones del Hospital Iturraspe describe los pasos a seguir para la correcta colocación y retiro del Equipo de Protección Personal (EPP). Es una de las tareas en que fue capacitado el personal de salud durante los primeros meses de pandemia, cuando en el país y la provincia se comenzaba a digerir lo ocurrido en China y se alertaba por la situación que atravesaba Europa.

 

Fueron esas las semanas y meses en que se organizaron servicios, se contaron camas, se compraron insumos y se explicó a todo el personal sanitario sobre el uso apropiado de camisolines, guantes, máscaras y barbijos. Fue entonces, también, cuando se pidió a la población que se haga de un tapabocas casero para protegerse y reserve los barbijos quirúrgicos para el personal de salud. Cuando se observan las imágenes, se entiende por qué.

 

 

Sabina Urda es Lic. en Enfermería y está al frente del servicio de Control de Infecciones, Epidemiología y Seguridad del paciente del Hospital Iturraspe y desde hace 17 años trabaja con EPP. Hoy, con la pandemia ya instalada a la vuelta de la esquina, reconoce que en este breve lapso logró objetivos que llevaron tanto tiempo instalar: entre ellos, el correcto lavado de manos.

 

Volviendo al video en el que Urda explica con voz en off el protocolo para el uso de EPP, hay una expresión que se repite varias veces: "técnica correcta de lavado de manos respetando los cinco pasos".

 

En la imagen, su colega Cristina Deless muestra uno a uno los procedimientos, tanto si se trata de un escenario de sospecha clínica o confirmación de Covid como si se requiere la asistencia e instrumentación de la vía aérea, intubación, extubación y cuidados respiratorios en UTI, circunstancias en que la protección se incrementa.

 

 

 

 

Ya cara a cara, con distanciamiento y barbijos y luego de recibir de parte de Cristina Duarte una cuota de alcohol en las manos, empezamos el diálogo.

 

"Nos seguimos entrenando y capacitando. Desde el mes de febrero que estamos entrenando a todo el personal para que adhieran al protocolo. Hasta hoy tratamos de abarcar a la mayor cantidad de gente, y lo hacemos en forma personal", explica Urda.

 

 

- ¿Cuánto tiempo les lleva colocarse y quitarse el EPP? ¿Es una tarea que se hace entre dos personas?

 

Urda: - En general tratamos que sean equipos de trabajo o que lo hagan en conjunto para revisar si hay errores. ¿Cuánto tiempo lleva? No lo cronometré pero a medida que van adquiriendo habilidad lo van haciendo más rápido.

 

- Cuando vemos el protocolo, entendemos el valor de los barbijos que nos pedían que no compremos en la farmacia.

 

Deless:- Los N95 son exclusivos para cuando el personal participa de aquellos procedimientos generadores de aerosoles: una intubación, para conectar un paciente a un respirador, tomar muestras, aspiración de secreciones, terapia intensiva. Después, tenemos el barbijo quirúrgico que es para utilizar en el resto de las salas, por supuesto acompañado de una protección ocular y el resto del equipo de protección personal como camisolín, guantes y gorra.

 

 

 

 

- ¿Las afecta físicamente tener los equipos de protección personal todo el tiempo o durante mucho tiempo?

 

Urda: - No es fácil, produce disconfort tener un respirador de partículas. Es un esfuerzo que se añade a la tarea de enfermería y de todo el equipo. Todas las normas que estamos cumpliendo hoy no son nada nuevo; son precauciones estándar que debemos usar con los pacientes todo el tiempo y sumamos a eso las precauciones por la transmisión de este virus que es a través de las gotas respiratorias y del contacto. O sea: sumamos aislamiento de gotas y contacto. En eso se resume lo que hacemos.

 

- Cuando sale del hospital, ¿cómo sobrelleva esta tarea el personal?

 

Urda: - Desde nuestro lugar tratamos de dar aliento, seguridad y confianza a la gente. A la gente le influye mucho los medios de comunicación, así que llegan más estresados todavía. Pero hacemos nuestra tarea con amor y vocación.

 

- ¿En algún momento sufrieron algún tipo de discriminación por ser personal de salud?

 

Urda: - A mi no me pasó eso. Para nada.

 

 

 

 

- ¿Qué le recomiendan a la gente en este momento de la pandemia?

 

Deless: - Lavado de manos, barbijo y distancia. Tres cosas básicas, sencillas y económicas. No hay nada nuevo ni particular de lo que ya sabe la población.

 

Urda: - Y ojalá que estas medidas de higiene queden para siempre. Por años hemos hecho campañas de lavado de mano que no fueron resonantes porque nunca tuvimos apoyo ni del gobierno, ni de nadie. Sin embargo, si hubiéramos tenido adherencia a esta campaña en 17 años, tendríamos una cultura del lavado de manos impresionante. Son 17 años en el comité donde tenemos una misión y una visión. Esta pandemia puso en foco nuestra tarea de seguridad del paciente y del personal.

 

 

 

 

Ahora que no aplaudimos

 

La pandemia puso al personal de salud en un primer plano, en la primera línea de fuego, por usar una de las tantas metáforas bélicas a las que se apeló en estos meses.
 

La primera cuarentena y las sucesivas fases de aislamiento y distanciamiento permitieron capacitar al equipo de salud en la atención de una enfermedad nueva y desconcertante. Desde la utilización de equipos de protección personal hasta el manejo de respiradores; desde la elaboración de estadísticas y proyecciones hasta la salida al terreno para "buscar el virus".
 

Todo, mientras se contaban camas y se adaptaban espacios para una atención diferenciada.

 

Ahora que los aplausos de las 9 de la noche ya no se escuchan, el personal de salud sigue ahí, en la primera línea de fuego.
 

Desde El Litoral queremos estar cerca, para reconocer la enorme tarea que realizan y hacerla visible.   

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