Por Luciano Andreychuk

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“Yo le voy a dar este hisopito y me dice qué olor tiene, ¿me entiende? Tómelo usted. No me toque la mano”, le dice Daniel Ramos, agente sanitario del Cobem, a una conductora que venía desde Santo Tomé. “Estoy resfriada, pero pruebo, déme; soy médica, conozco los síntomas”, responde la mujer. Luego, se le toma la temperatura. Se le pregunta si tiene tos seca, si le falta el aire, si tiene fiebre, y si siente haber perdido el olfato, un síntoma que se llama anosmia y que se asocia al Covid-19. Todo transcurre en el rulo de Cilsa, a poco del Puente Carretero.

“Agua oxigenada, parece”, responde otro muchacho al momento de ser controlado oliendo el hisopo de algodón, que está embebido en alcohol, vinagre u otra sustancia que pueda diluirse en agua. Cada hisopo que fue olido es tirado por la propia persona a un tacho. La gente del Cobem no los toca y utilizan guantes, que se los cambian por nuevos. Se mueven con prestancia y tranquilidad: van de aquí para allá, porque los autos se detienen de a dos. Tratan de apurarse —porque se generan largas colas de automóviles— pero no pierden la amabilidad en el trato.

Los tests de olfato se suman ahora a la toma de temperatura y control de documentación. Los operativos empezaron a realizarse a fines del mes pasado allí, en el rulo de Cilsa; en Pte. Perón e Iturraspe (que lleva a la autopista a Rosario) y en la Fuente de la Cordialidad (Ruta 168), quizás el vínculo más “crítico”, por la cantidad de casos de coronavirus registrados en la vecina Paraná. Los coordina el Municipio local, en articulación con la Policía provincial. Ahora serán diarios, en turnos de mañana y tarde.

“La gente responde muy bien por suerte”, dice a El Litoral Lorena, oficial de policía. De hecho, eso ocurría: los conductores accedían sin peros a los controles. El asedio de los periodistas y las cámaras quizás actuaron como efecto intimidante. ¿Y si alguien se niega a los controles? “Ahí actuamos tratando de intimarlo respetuosamente a que se los realice. La gente en general es conciente de que estamos en medio de una emergencia sanitaria”, asegura la uniformada.

“Se endurecerán”

“Si en un conductor surge el indicio de sintomatología asociada a Covid-19 (fiebre, pérdida de olfato), se activa el protocolo y se da aviso inmediato al 0800-555-6549 de la provincia”, dice a la prensa la secretaria de Control y Convivencia Ciudadana, Virginia Coudannes. Los controles se le realizan al conductor del vehículo, “pero si es un caso sospechoso, también se les practica a sus acompañantes del auto”.

—¿El ingreso a través del Túnel es el más importante hoy, para la ciudad, teniendo en cuenta la situación epidemiológica de Entre Ríos?— preguntó un cronista. Para Coudannes, “es un punto de control muy importante, pero también lo son los otros”. Consultada por los casos en Franck y Santo Tomé, la funcionaria aseguró que se “extremarán, endurecerán estos controles en accesos a la ciudad”. Se esperan directrices siempre de Provincia, aclaró.

—¿Hay algún criterio que determine en qué momento se realizan los controles? Porque no se realizan a todos los autos que ingresan a la ciudad desde Santo Tomé, ni las 24 horas del día— preguntó El Litoral a Coudannes. 

—No, el criterio es que tratamos de abarcar lo más posible de automóviles y motovehículos, no sólo en cuanto a la documentación personal también en los permisos de circulación, y ahora también esta estrategia sanitaria (control de olfato), que creo es fundamental en este momento.

En busca de asintomáticos

“Ale, cambiame el guante por favor. Éste solo nomás, con cuidado”, pide a un compañero Daniel Ramos, que sigue realizando los testeos con los hisopos. “Se trata de detectar personas que no tengan olfato o con alta temperatura. La fiebre es el parámetro más importante; pero la anosmia se agrega porque hay personas que pierden el olfato, son asintomáticos y se los puede detectar como sospechosos de Covid-19 de esta manera”, explica en diálogo con este medio. 

Un señor mayor es parado por el control sanitario. Otra vez, mismo procedimiento. Huele el hisopo embebido y dice: “No tiene olor; estoy medio anémico...”. Un tenso silencio y un intercambio de miradas entre los agentes del Cobem generaron suspicacias. “No me toque señor, vamos a repetir el testeo. Tome usted mismo este nuevo hisopo y dígame si le siente olor”, requiere Ramos amablemente. A la segunda prueba, el hombre dice: “Es alcohol eso”. Se le toma la temperatura. Falsa alarma. Puede seguir, es la orden. 

 

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