Los “bailecitos” del barrio, el salón de fiestas a puro evento, las tradicionales canchas de tenis con paleta, la pileta, la colonia de vacaciones, los quinchos, el gimnasio de básquetbol con tantas batallas —hacía un ruido ensordecedor pegando la gente en el material mismo de la tribuna cuando alentaba—, el predio propio para jugar en la Liga Santafesina de Fútbol y en ese mismo lugar del norte de la ciudad (Aristóbulo del Valle “casi” al 10.000) el último gran logro de estos tiempos: la cancha de césped artificial para jugar hóckey. Son todas postales del Club Banco Provincia, que abre sus puertas para esta recorrida que comenzará El Litoral por la ciudad y la región.

Muchos recuerdan, por ejemplo, que en la última crisis que le pegó al club —la del 2001—, Banco Provincia casi pasa a manos privadas. Pero resurgió. Y hoy, los dirigentes comentan orgullosos que “hay un gran movimiento familiar, sostenido en el tiempo, antes de esta pandemia. Estábamos con muchas ilusiones, vamos a juntar fuerzas para cuando todo pase”.
 

Para la actual gestión, entender el club no es sólo “poner la red de vóley y tener colgados los aros para el básquetbol”. Y explican que fueron militando una idea: que el padre o el abuelo que lleva al niño a hacer deportes se pueda quedar tomando mates en un lugar agradable. Por eso, afirman, le ponen especial cuidado a los canteros con sus flores. 

Y es, acaso, en ese punto donde sorprenden con la idea de gestión: “Buscamos la imágen de un pequeño hotel, con deportes y mucho amor propio”. La idea del hotel está plenamente justificada: en el momento de esplendor hace algunos años se llegó a colgar el cartelito de “no hay más lugar” en sus 110 plazas de hospedajes deportivos, que era uno de los principales recursos. Es foto, con delegaciones durmiendo cuatro o cinco días y comiendo en el comedor del club, parece de ciencia-ficción.

Y lo otro que se exhibe como “joyita” es la pileta climatizada, que generó algo increíble: “Hay gente esperando a las 6 de la mañana para que se abran las puertas y empezar a nadar”. Empieza el movimiento a las 6 y se cierra a las diez de la noche. Incluso, la demanda los “obligó” a activar la pileta los sábados de 10 a 19 de corrido. Otro pilar más, la pileta, para el slogan real de “un gran movimiento familiar y social”.
 

Colonia de vacaciones. La foto, con la alegría de los chicos en sus rostros, habla por sí sola. Sin dudas, una de los grandes movimientos sociales, familiares y económicos del club. Foto: Gentileza.

Un abanico de disciplinas 

El viejo y querido “básquet de Banco”; el pujante hóckey sobre césped, el taekwondo, esgrima, Aikido, patín artístico, la danza para menores, gimnasia deportiva, tenis con paleta, ajedrez y el fútbol en la sede del norte de la ciudad con todas las categorías desde escuelita para adelante.

El club tiene montado especialmente una zona de gimnasio con pesas para los socios y la rama de las piletas arrancar en la enseñaza desde los tres años hasta los adultos. En el caso de la tercera edad, tan en foco por estos tiempos, se activa lo que es la pileta terapeútica en los tres turnos: mañana, mediodía y noche. Además, se realiza la “gimnasia aeróbica” fuera del agua. La zona tan buscada de las aguas con las piletas, climatizadas: de lunes a viernes de 6 a 22 y hasta los sábados de 10 a 19 horas.