Por Nicolás Loyarte

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Hace un año que falta una maestra en un aula de la escuela N° 533 Victoriano Montes del distrito costero de Alto Verde. Así lo sienten los alumnos, las maestras y el resto de la sociedad. Vanesa Castillo, de 33 años, fue asesinada por la espalda de 13 puñaladas por un sujeto que desde entonces permanece detenido. Pero el caso todavía no fue dilucidado con claridad por la Justicia. Y el blanco de su guardapolvo sigue manchado de rojo.

“Vanesa Castillo, presente, ahora y siempre”, gritaron este viernes por la mañana docentes, directivos y demás miembros de la comunidad educativa de la escuela Montes, mientras sostenían en sus manos temblorosas el retrato de la maestra querida por todos.

Con tres actos públicos se sostiene hoy la memoria de la “seño” Vanesa cuyo crimen continúa impune. A primera hora hubo un izamiento del pabellón nacional a media asta en el patio arbolado junto al río de la escuela Montes. Directivos de Educación entregaron a las autoridades una placa que recuerda a la docente asesinada, la que será colocada junto a otras dos preexistentes en el pasillo principal de la escuela.

En el acceso al barrio, continúan hoy los controles de Prefectura y Gendarmería, y en la zona de la escuela —intersección de Demetrio Gómez y Héctor Rodríguez—, el pavimento llegó a la puerta y el cole llega hasta allí aunque llueva. Un año atrás, las maestras debían caminar con temor un par de cuadras de arena y tierra (y a veces barro), en medio de la oscuridad previa al amanecer.

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Vanesa Castillo tenía 33 años, era oriunda de Santa Rosa de Calchines y desde chica supo que sería maestra. El femicida, Juan Ramón Cano, la apuñaló al menos 13 veces por la espalda sin llevarse nada. Se trata de un sujeto con antecedentes penales por delitos sexuales y robo, con problemas de adicciones. Desde entonces está detenido a disposición de la Justicia. Para la familia de la víctima, el femicida actuó por encargo. Lo asocian a una denuncia de la maestra sobre un caso de abuso sexual contra una alumna.

Presente

A media mañana se realizó el segundo acto, del que participaron sus ex compañeras, docentes, autoridades, representantes sindicales y el resto de la comunidad educativa. Hubo palabras muy sentidas de parte de todos, se leyó una adaptación de un texto de Marie Gouiric (“Ojalá siempre seas mi amiga”) y todos cantaron la canción “En el país de la libertad”, de León Gieco. Luego, aplausos y lágrimas. Un nudo en cada garganta.

“Yo no estaba trabajando ese día, pero nos estábamos mensajeando y dejó de contestarme. Era porque la habían matado”, recordó esta mañana la maestra Silvana Coria —de 3° grado—, una de las pocas compañeras de Vanesa Castillo que continúan en la escuela. Es que muchas maestras fueron trasladadas a otras instituciones. Incluso los directivos. “Es triste recordar ese día. Todavía me cuesta saber que ella no está”, agregó Coria.

La amiga y compañera recordó a Castillo como una persona excelente: “Como compañera no dudaba en ayudarte, era dedicada a los chicos, y como amiga no me alcanzan las palabras para describirla”. Y destacó luego: “Éramos un grupo muy unido, todas amábamos a la escuela, pero ella la amaba más”.

Pese a ese amor hoy sólo quedan tres compañeros de Vanesa en la escuela. Traslados, pedidos de licencia y titularizaciones de cargos en otras escuelas desarmaron aquel grupo unido que tanto cariño y aprendizaje desperdigó por la comunidad costera. Hoy la directora Claudia Velázquez y la vice, Patricia Falcón, —que tampoco conocieron a Vanesa— están al frente de la institución en busca de consolidar el equipo docente. “Queremos recordarla junto a un pedido de justicia”, dijo Velázquez. “Nosotras llegamos a la escuela en marzo y tuvimos que afrontar la situación, fue un año muy difícil”, agregó. 

“La tragedia marcó a las maestras que eran muy amigas de Vanesa”, continuó la directora, mientras que su vice destacó que “eran un grupo muy unido, terminaron muy afectados por lo que pasó”. En sintonía con las autoridades, la maestra Coria contó: “Como soy reemplazante, no me quedó otra que seguir en la escuela, me tuve que hacer fuerte”, y agregó: “Entiendo a mis compañeras que se fueron. Es muy difícil volver con miedo e inseguridad. Lo vivimos como podemos, y cada vez que nos juntamos es llorar y recordar a Vanesa”. Coria finalizó diciendo que “a pesar del dolor, el cariño por la escuela y por los chicos se mantiene intacto”.

Por último, Rodrigo Alonso (sec. adjunto Amsafe) mencionó durante el acto: “Hace un año nos falta una maestra, una compañera: Vanesa Castillo. Desde ese 15 de febrero nos invaden muchísimos sentimientos, de dolor, de bronca, de angustia, de tristeza. Pero también nos fuimos llenando de fuerza, con la que exigimos que haya memoria, verdad y justicia”.

Acto

Este viernes por la tarde estaba previsto otro acto a realizarse en la escuela Almirante Brown, desde las 19, donde Castillo había comenzado a estudiar profesorado de Historia, en paralelo a su carrera docente.