Dice  la socióloga Marta Novick que el trabajo “otorga al sujeto una identidad, un rol social, y, sobre todo, se constituye como un espacio de “ciudadanía” en el sentido de portador de derechos”.

Así fue entendido especialmente a partir del 2003, cuando comenzaron a caer los índices de desocupación y a aumentar los de empleo registrado, como consecuencia del proceso de industrialización y del crecimiento del mercado interno. Hoy se suceden a diario despidos y suspensiones. La precarización del empleo está a la orden del día: en paralelo a la pérdida de puestos de trabajo “en blanco”, en el sector privado se produjo, desde diciembre de 2015, un importante aumento de los monotributistas. Esto indica una reconversión hacia un mercado laboral con trabajadores más desprotegidos, sin representación sindical ni derechos que garantiza un convenio colectivo.

A la recuperación del salario real lograda en años anteriores, le siguió la caída de ingresos, los aumentos a niveles insoportables de la canasta de alimentos, los tarifazos. El ajuste liso y llano.

Hoy el Gobierno Nacional presiona para que no se concreten las paritarias libres, las niega (como en el caso de la Paritaria Federal Docente) o promueve negociaciones a la baja. 

Al rol articulador del Ministerio de Trabajo de la Nación, le sucedió una política que sólo favorece a los empleadores y vulnera día a día los derechos de los trabajadores argentinos. ¿Y cómo se canalizan los conflictos laborales? Si el trabajador no sale a la calle, si no visibiliza el reclamo, muchos ciudadanos miran para otro lado…hasta que les toca.

A la brecha salarial entre varones y mujeres (segmentación horizontal) y  la exclusión de mujeres en los cargos de conducción, sin posibilidades de progreso ni ascenso (segmentación vertical), se suma la feminización de la pobreza, que resulta la consecuencia inmediata de las políticas neoliberales. Parece que no alcanzaba con que se nos discrimine en el mercado laboral: ahora el ajuste pega fuerte, y a la exclusión de la seguridad social le sigue la incertidumbre y la desesperación por sostener una familia que cada vez necesita más ingresos para vivir, por lo que persiste la inequidad de género, un tema pendiente en la agenda sindical.

La lucha docente.

Los docentes hemos demostrado, especialmente durante este año que transcurre, que los derechos conseguidos no se vulneran, y que se pelean en la calle. Ante la negativa al diálogo por parte del Ministro de Educación Nacional, Esteban Bullrich, el conjunto de los gremios docentes con representación nacional dio y sigue dando día a día la batalla en unidad, convencidos que sólo el compromiso y la solidaridad entre todos los trabajadores puede ganarle al ajuste, a la precarización, al autoritarismo, al desamparo.

En la provincia de Santa Fe, el panorama es algo diferente: la paritaria docente sigue vigente y con la intención de avanzar, al menos por parte de los docentes, en el tratamiento de cuestiones esenciales para la labor educativa. Los docentes privados, los que conseguimos el año pasado la Ley contra despidos arbitrarios, pretendemos ahora la concreción del derecho a la carrera docente: sólo la implementación de escalafones y concursos en las escuelas privadas podrá resolver las injusticias diarias que se producen en nuestro trabajo por la arbitrariedad y la impunidad de los empleadores.

Pretendemos más justicia en las relaciones laborales, más equidad en la toma de decisiones, mayor reconocimiento al trabajo de los docentes. Sólo así podremos comprender que la tan mentada calidad educativa, de la que todos hablan, sólo es posible si se respetan los derechos de los trabajadores de la educación. 

Destacado: “A la recuperación del salario real lograda en años anteriores, le siguió la caída de ingresos, los aumentos a niveles insoportables de la canasta de alimentos, los tarifazos. El ajuste liso y llano.”
Nota: Título: LEY 13610. 

La llamada Ley Contra Despidos Arbitrarios sanciona a los empleadores que lleven a cabo estas prácticas con la suspensión del subsidio del cargo en el que se despide. Este logro del SADOP fue obtenido luego de una lucha de años, culminando con un acampe durante 7 semanas frente a la Legislatura provincial a fines del año 2016.