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Viernes 28.01.2022 - Última actualización - 29.01.2022 - 13:43
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La Noche de las Ideas 2022

Imaginar otra forma de habitar las ciudades

La actividad nacida en el invierno francés sumó a la ciudad de Santa Fe como nueva sede. Disertaron los ensayistas Alejandro Katz y Beatriz Sarlo, y los urbanistas franceses Carlos Moreno y Pascal Amphoux. A la par hubo una actividad comercial y artística, que cerró con la actuación del pianista Silas Bassa y la banda Cinturón de Bonadeo.

Sarlo exponiendo en la esquina de Lavalle y Bulevar frente a un nutrido público, junto al secretario de Educación y Cultura, Paulo Ricci. Crédito: Manuel FabatíaSarlo exponiendo en la esquina de Lavalle y Bulevar frente a un nutrido público, junto al secretario de Educación y Cultura, Paulo Ricci.
Crédito: Manuel Fabatía

Sarlo exponiendo en la esquina de Lavalle y Bulevar frente a un nutrido público, junto al secretario de Educación y Cultura, Paulo Ricci. Crédito: Manuel Fabatía

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La Noche de las Ideas 2022 Imaginar otra forma de habitar las ciudades La Noche de las Ideas, actividad nacida en el invierno francés sumó a la ciudad de Santa Fe como nueva sede. Disertaron los ensayistas Alejandro Katz y Beatriz Sarlo, y los urbanistas franceses Carlos Moreno y Pascal Amphoux. A la par hubo una actividad comercial y artística, que cerró con la actuación del pianista Silas Bassa y la banda Cinturón de Bonadeo. La actividad nacida en el invierno francés sumó a la ciudad de Santa Fe como nueva sede. Disertaron los ensayistas Alejandro Katz y Beatriz Sarlo, y los urbanistas franceses Carlos Moreno y Pascal Amphoux. A la par hubo una actividad comercial y artística, que cerró con la actuación del pianista Silas Bassa y la banda Cinturón de Bonadeo.

 

El jueves las 19, con la presencia de autoridades locales, se realizó en la Alianza Francesa el acto de apertura de la Noche de las Ideas, iniciativa nacida en Francia hace siete años y organizada por el Institut Français d’Argentine – Embajada de Francia, Fundación Medifé, y la Municipalidad de Santa Fe, que cuenta con el apoyo de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la Alianza Francesa de Santa Fe.

 

De dicho acto participaron el intendente Emilio Jatón; secretario de Educación y Cultura, Paulo Ricci; secretario de Producción, Javier Mendiondo; Enrique Sánchez Albarracín, agregado de Ciencia y Tecnología y representante de la Embajada de Francia en Argentina; directora de la Alianza, Silvia Zenarruza de Clément; entre otros referentes.
Ricci destacó la decisión: “Dijimos: ‘Vamos hacer La Noche de las Ideas en Santa Fe pero de una manera distinta: tomando como territorio para el pensamiento el espacio público’, el espacio urbano, que es el espacio común que tenemos para pensar juntos y reconstruir juntos (...) Estamos absolutamente convencidos de que la mejor manera de hacer una mejor ciudad y un mejor futuro para esta ciudad es de una manera participativa y conjunta”.

 

Sánchez Albarracín destacó: “No se trata de dialogar entre expertos, intelectuales, encerrados; sino conversar con la gente en los barrios. Por eso nos gustó tanto el proyecto de la ciudad de Santa Fe. Estamos en el barrio Candioti, con la Alianza Francesa y varios edificios histórico. Esto no es un evento: es el principio de una cooperación que ya se lleva haciendo hace unos años (...) actualmente hay un proyecto con la ciudad de Poitiers sobre restauración de patrimonio histórico de inspiración francesa, y muchos otros que van a salir de esta noche”.

 

Jatón afirmó: “Es mágico esto: hace tres meses no pensábamos que iba a suceder: cuando nos juntamos con Enrique después de la visita de la embajadora pensábamos que esto era imposible por lo que nos está pasando en la humanidad (...) Esto es fruto del trabajo conjunto, no del egoísmo; cuando todos quisimos coincidir en algo: discutir ideas, ponernos en la vía pública a pensar entre todos”. Destacó el periplo Ginebra-París-Buenos Aires-Santa Fe de Pascal Amphoux, y dijo que “La Noche de las Ideas nos interpela, porque bien sabemos que el futuro es de las ideas, no de las personas. Y nos cuestiona a tal punto que tenemos que repensar nuestras responsabilidades individuales y colectivas”.

 

 

Sarlo, Moreno, el intendente Emilio Jatón y Amphoux, durante el acto de apertura.Foto: Manuel Fabatía

 

 

Recuperar lo común

 

 

A continuación, en la misma sede, tuvo lugar la conferencia de apertura: “Pueblos urbanos: repensando las lógicas del espacio público”, a cargo del ensayista y analista político y cultural Alejandro Katz. La misma se realizó de manera remota, debido a que el expositor dio positivo de Covid-19 hace unos días.

 

Katz comenzó analizando los conceptos del círculo y la línea en la organización de las ciudades desde los orígenes de la humanidad, asociado a quedarse e irse. “En torno de un punto, el círculo recibe y alberga. También establece una primer división entre ‘nosotros’ y ‘ellos’. Es generador del espacio (...) El círculo delimita y al hacerlo incluye y excluye: es la forma primera de lo político”. Por su parte, “la línea aleja el horizonte, amplía la frontera de la experiencia y propicia el encuentro con lo diferente”.

 

Destacó que la ambición de la modernidad fue moverse, abandonar el pasado, movimiento de los cuerpos y las identidades. Eso devino en los dispositivos de movimiento: “Nuestras ciudades están diseñadas al servicio del automóvil, que fue durante el siglo XX, el más extendido y apreciado de esos dispositivos, porque en el se consolidaban esos dos rasgos fundantes de la modernidad occidental: la voluntad de moverse y el imperio del individuo”.

 

A partir de allí, comenzó a desandar cómo las ciudades comenzaron a adaptarse al auto, de las calles a los estacionamientos, deviniendo un espacio que no es apto para ser habitado: “La línea que atraviesa el espacio urbano es disolvente de lo que es propio del círculo: su potencia para producir comunidad”. La alternativa del urbanismo del siglo XX fueron los barrios insulares para administrar la pequeña escala, que se han ido degradando hasta convertirse en ghettos de pobreza.

 

Citó un trabajo con la municipalidad de Santa Fe, donde los entrevistados citaron como fuente de inseguridad al desconocimiento de los vecinos, las veredas angostas, la ausencia de gente en la calle: “Redes de vigilancia pública que protejan también a los desconocidos, al decir de Jane Jacobs”. A partir de allí, desplegó una serie de ideas vinculadas a la reformulación de los espacios al servicio del peatón, retirando carriles automotores para ser refuncionalizados como espacios con vegetación, aptos para la realización de actividades al aire libre, desde las mercantiles hasta las de intercambio.

 

El cierre de esa sede fue con la actuación del Cool Jazz Quartet.

 

 

La puesta de luces en el cierre artístico en la Estación Belgrano.Foto: Gentileza Municipalidad de Santa Fe

 

 

Reconvertir el espacio

 

 

El siguiente expositor (en la Plaza Pueyrredón) fue el matemático urbanístico Carlos Moreno, asesor científico en “ciudades inteligentes”, tarea que realiza junto a Anne Hidalgo, alcaldesa de París. Expuso sobre su idea de “la ciudad de los 15 minutos”: “¿En qué ciudad queremos vivir hoy en día los que estamos aquí, y estos chicos que tendrán en las rodillas de sus padres. ¿Tendrán un planeta en el que vivir? (...) Por el modo de vida que tenemos los que nos convertimos en urbanos, y que está atentando cuando el cambio climático está aquí”.

 

Destacó el modo de vida actual en el que hemos perdido el tiempo, yendo del hábitat al trabajo, perdiendo los espacios de alteridad, solidaridad e integración. El tiempo familiar, espiritual, creativo; que debe recuperarse en búsqueda de dignidad y calidad de vida. “Durante muchos años la respuesta ha sido una casa propia correcta, y unos ciertos elementos de propiedad que den un estatus social: el primero de ellos los autos particulares que representan una categoría social. Y al mismo tiempo hemos pasado por alto que poco a poco no conozco a la gente, porque salgo temprano y llego tarde”.

 

Planteó a partir de allí un concepto de calidad de vida vinculado a un hábitat digno y un trabajo que dé tiempo para vivir con los vecinos y familia; acceso a salud y compras en circuitos cortos, a cultura y parques. Pero también destacó la segregación en ciudades en las que nos mezclamos muy poco.

 

Tomando una idea de Pascal, comentó que le decía a la alcaldesa de París: “Una ciudad digna es un espacio urbano y territorial en donde la circunferencia está en todas partes y el centro en ninguna, y cada uno construye los centros que desea porque lo dignifica humanamente”. Aclaró que el auto no es el enemigo, pero que hay que beneficiar al peatón, y dio ejemplos de reconversión del espacio público, aplicando regulación pública al capitalismo financiero para limitar los excesos y convenciendo a la iniciativa privada (grande y pequeña) del cambio de paradigma.

 

Así, se empieza en la defensa del comercio de proximidad, pero también articulando necesidades y espacios: “Un café con una asociación de barrio pueden armar un curso de lenguas: llega gente, consume una cerveza o limonada, el que vende gana un poco más y le da un porcentaje a la asociación, que paga un profesor (...) Hemos creado valor ecológico: la gente se desplaza menos; económico, y social, porque hay un aprendizaje”. De igual manera una discoteca puede reconvertirse en horario diurno (cuando está cerrada) en un lugar para Zumba: se crea valor económico y se hace deporte. También citó “Paris Plages”, la transformación de la autopista del Sena en una playa con arena durante agosto. Su idea final fue sobre el acceso a bienes y servicios comunes, a través de modelos económicos nuevos, dentro de los alquileres.

 

La Dixieband ambulante guió el recorrido hasta la siguiente parada, Lavalle y Bulevar, cruzándose con las clases de tango al paso.

 

 

La Zillertal Orchester, actuando en la Casa de los GobernadoresFoto: Manuel Fabatía

 

 

Ciudades argentinas

 

 

La tercera expositora fue Beatriz Sarlo, cuyo vínculo con la ciudad de Santa Fe se dio a partir de la obra de Juan José Saer, aunque ella se encargó de destacar que llegó al autor a partir de María Teresa Gramuglio y Carlos Altamirano, una rosarina y un correntino. De gran manejo de las audiencias, Sarlo cimentó su personaje público durante su exposición, incluyendo conceptos provocadores (empezando por Moreno: “Poneme un reloj, he asistido a eventos que se han prolongado demasiado en el tiempo”).

 

Su conferencia recorrió la ciudad en la historia argentina y lo que construyó en ella. Así, viajó desde las ideas urbanas de Domingo Faustino Sarmiento, pensando a la ciudad de Buenos Aires como “la solución de los males argentinos, incluso de los males americanos (...) Sarmiento conoció Santiago de Chile y París antes que Buenos Aires”. Era el lugar de la civilización: “lo que hoy llamaríamos la enseñanza pública, la salud pública y un gobierno institucional”.

 

Habló de una modernidad que demolió el pasado porque no era muy rico arquitectónicamente: así, las diagonales del bajo porteño y la 9 de Julio se hicieron demoliendo lo que había, y hoy son parte de la esencia de la ciudad. No es que los europeos lo resolvieron: “Berlín lo resolvió porque los bombardeos británicos de la segunda guerra fueron impecables”.

 

Desarrolló el derrotero de una élite que a pesar de despreciar a la inmigración (“la plebe ultramarina”, según Leopoldo Lugones) de europeos venidos de lugares pobres e incultos, supo incorporarlos a partir de la educación; contó así la experiencia de sus tíos abogados y directoras de escuela a principios del siglo XX, hijos “de una piamontesa analfabeta y un gallego bruto”. Pero que ese ascenso que se les ofrecía a los inmigrantes les fue vedada a los pueblos originarios, que fueron (y continúan) “tapiados” en el norte y el sur del país. Desde la década del 30 fueron llegando masas inmigratorias del norte, el ‘cabecita negra’ (que sería convertido en sujeto político por el peronismo). Esa élite “hizo país con lo que podía tener de blanco. Al triunfo argentino uno tiene que poner todas las indignidades que el Estado nacional hizo con muchos compatriotas”.

 

Pero eran élites que tenían “otra mirada del capitalismo, de largo plazo”, que se puede ver en los balnearios como Mar del Plata, en la casa de Victoria Ocampo; y un desorden que se organizó a partir de la tecnología, desde el subterráneo a la arquitectura del hierro, como el puente de la isla Maciel, y en los diarios como Crítica.

 

Pensar la movilidad

 

El último orador (de nuevo en la Pueyrredón) fue Pascal Amphoux, que expuso en francés y algo de español, asistido en la traducción por la académica Senda Sferco. Aclaró que podía dar una charla de tres horas, pero que lo iba a evitar. En la primera parte expuso el modelo teórico que está construyendo sobre la movilidad, y después expuso proyectos propios.

 

Habló de tres principios para pensar la gobernanza: la incertidumbre, la precaución y la humildad, “para salirse de los sentidos de las programaciones lógicas de armar proyectos”. Propuso tres técnicas que pone en obra: “el relato del lugar, la utopía operatoria y la zona franca”.

 

Sobre la movilidad, propuso tres dimensiones: una es la motricidad, “generar los movimientos de un organismo viviente (...) el movimiento es símbolo de la entropía y el desorden (...) Una mirada demonizante de la movilidad, algo contra lo que hay que luchar”. La otra definición es la moción, “donde el movimiento se convierte en un símbolo de la diferencia (...) se inscribe en una mirada en la que la movilidad es sinónimo de creación y novedad”. Y la tercera es la emoción: “una serie de efectos sensibles que comprometen nuestro inconsciente, que generan los movimientos del alma (...) la dimensión estética de la movilidad, con una referencia al tiempo”.

 

 

Silas Bassa, interpretando composiciones propias y obras de autores franceses y argentinos.Foto: Gentileza Municipalidad de Santa Fe

 

 

Final musical

 

 

Mientras terminaba la exposición del francés, comenzaba en la explanada de la Estación Belgrano el concierto del pianista santafesino Silas Bassa, radicado en París desde hace 20 años. Comenzó con una composición de Philip Glass (uno de sus referentes, tanto como intérprete como en su actual faceta de compositor), siguió con la “Gnossienne N.º 1” de Erik Satie, una composición propia, “Going with the flow”, y “Clair de lune” de Claude Debussy.

 

Luego de unas palabras, siguió con “Santa Fe”, una obra propia dedicada a la ciudad, “Amor de madre”, que pudo dedicar a la suya (“la mayoría de los conciertos son en Europa, hay pocas ocasiones en las que puedo tenerla presente”); también “Le chat et le poisson rouge”, dedicada a su gato. Cerró con “Rosa Bonheur”, en recuerdo a la pintora homónima del siglo XIX, “Chau París” de Astor Piazzolla (¿será una premonición?”, se preguntó) y “Tango d’Antan”, del francés de hace un siglo Dane Rudhyar.

 

Luego se realizó la presentación de la banda Cinturón de Bonadeo, un cierre electrónico con una puesta especial de luces para despedir una jornada diferente para el estío santafesino.

 

Cinturón de Bonadeo subió al escenario pasada la medianoche, ante una multitud que desafió al fresco.Foto: Gentileza Municipalidad de Santa Fe

 

 

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