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Martes 14.01.2020 - Última actualización - 25.06.2020 - 11:00
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Jorge Llonch

"Las buenas ideas no son caras"

El nuevo ministro de Cultura, ex secretario del área durante el gobierno de Jorge Obeid, repasó para El Litoral los desafíos y la impronta que propone para la gestión que comenzó el 11 de diciembre.

“Vamos a hacer hincapié en las escuelas dependientes de la subsecretaría de Educación Artística. Vamos a revertir lo hecho, las escuelas primero, ésa será la impronta de nuestra gestión”, afirma Llonch. Crédito: Gentileza Ministerio de Cultura“Vamos a hacer hincapié en las escuelas dependientes de la subsecretaría de Educación Artística. Vamos a revertir lo hecho, las escuelas primero, ésa será la impronta de nuestra gestión”, afirma Llonch.
Crédito: Gentileza Ministerio de Cultura

“Vamos a hacer hincapié en las escuelas dependientes de la subsecretaría de Educación Artística. Vamos a revertir lo hecho, las escuelas primero, ésa será la impronta de nuestra gestión”, afirma Llonch. Crédito: Gentileza Ministerio de Cultura

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Jorge Llonch "Las buenas ideas no son caras" El nuevo ministro de Cultura, ex secretario del área durante el gobierno de Jorge Obeid, repasó para El Litoral los desafíos y la impronta que propone para la gestión que comenzó el 11 de diciembre. El nuevo ministro de Cultura, ex secretario del área durante el gobierno de Jorge Obeid, repasó para El Litoral los desafíos y la impronta que propone para la gestión que comenzó el 11 de diciembre.

 

Jorge Llonch conoce la actividad artística y cultural desde distintos sitiales: como músico vinculado a la Trova Rosarina, como sonidista y y asistente de producción de Charly García, productor de televisión y de conciertos en vivo y responsable de estudios de grabación. En la gestión pública fue director del Centro Cultural Manuel J. Lavardén (2000-2004), director provincial de Gestión Cultural (2004-2005) y secretario de Cultura de la provincia (2005-2007).

 

Hoy, con la cartera elevada a rango ministerial durante el gobierno anterior, le toca hacerse cargo en un marco complejo desde lo económico; sin embargo, su mirada apunta a la cercanía con la gente y la educación artística, visión que desarrolló para El Litoral.

 

 

Diagnóstico

 

—¿Con qué se encontró al asumir en el ministerio?

 

—Encontré un ministerio con muchos más espacios culturales que los que dejamos en 2007, lugares muy interesantes, muy abiertos al público, algunos de los cuales están ubicados en la ciudad de Santa Fe y Rosario, por ejemplo en las típicas barriadas de trabajadoras y trabajadores, lo que marca una línea social de cultura muy interesante, que se entrelaza con desarrollo social, con fomento, es decir, hay aleros, espacios de atención a la niñez, son programas a los que les daremos continuidad y mejoraremos, por supuesto.

 

—¿Cómo está la cuestión presupuestaria para encarar las actividades de este año?

 

—Bueno, toda emergencia conlleva un compromiso de austeridad, de cuidado de los recursos, de evitar cualquier derroche, pero a la vez hay una voluntad muy firme del gobernador Omar Perotti de generar políticas culturales en todo el ámbito de la provincia, con criterio inclusivo. Y hay algo que siempre digo cuando me preguntan por los recursos económicos: las buenas ideas no son caras.

 

—¿Qué comparte y en qué discrepa a nivel de políticas culturales con la gestión anterior?

 

—Es que los puntos de coincidencia son enormes, con (la ex ministra de Cultura) Chiqui González nos conocemos desde hace mucho tiempo, nos respetamos mutuamente, y coincidimos en un abanico muy amplio de criterios estéticos. Ambos creemos en la cultura de proximidad, de llegada a las más amplias franjas de la sociedad. Considero, sin embargo, que la impronta inicial de gestión, que comenzó allá por 2008, en los últimos años fue entrando en una meseta.

 

—¿Qué cosas le gustaría mantener y cuáles cree que debieran cambiarse?

 

—Algunas cosas, seguramente, habremos de cambiarlas, otras continuarán. Algunos programas empiezan muy bien y después encuentran una meseta, eso ocurre y es lógico. Por ejemplo, al principio de la gestión de Chiqui se vio un despliegue de programas y actividades que con el paso del tiempo fue menguando.

 

Hay un aspecto realmente negativo que envuelve a todas las áreas durante el período anterior, y en Cultura repercutió, y mucho: no se puede nombrar gente en planta permanente cada vez que se inicia un programa, porque cuando ese programa se desactiva, las personas nombradas quedan. Eso no pasa en ninguna parte en el mundo. Pasaron, en 12 años, de 300 trabajadoras y trabajadores a 900. Y en lugar de poder contratar a nuevos gestores culturales, ahora tenemos las manos atadas, y entonces hay que asignar a esos nuevos proyectos recursos humanos que tal vez no tienen la más mínima idea de cómo gestionarlos y ponerlos en acción.

 

 

Saber escuchar

 

—¿Cuáles propone como principios rectores de su gestión?

 

—Creo que hay que escuchar a la gente. Son tiempos de poner el oído a la gente. Yo no creo en eso de llevar un envase y ponerlo en determinado lugar o territorio. Hoy la gente pide atención, pide que la atendamos, fundamentalmente en lo social. Y en cuanto a las políticas culturales, vamos a avanzar con un espacio que en su momento dejé funcionando y después se desactivó: el Consejo Provincial de Cultura. Lo vamos a impulsar a través de un proyecto que enviaremos a la Legislatura para que sea una institución creada por ley. Ese Consejo estará integrado por un representante que será elegido por todos los secretarios o directores de Cultura de cada uno de los 19 departamentos, y con esos representantes me sentaré todos los meses, en lo que será una gran asamblea de la cultura, donde discutiremos y buscaremos oír las voces de cada territorio, y a partir de ese intercambio asignaremos recursos para realizar los proyectos que salgan de esos territorios, y no al revés.

 

—¿Le quedaron “deudas pendientes” de su anterior paso por Cultura?

 

—Hubiese querido tener más tiempo para llevar adelante algunos programas, pero deudas pendientes no. Creo que hicimos cosas muy buenas, que dejaron su huella, y con muchos actores políticos involucrados, muchas áreas, no sólo Cultura. La puesta en valor de la ex Jefatura, transformada en Plaza Cívica, la cantidad de actividades que desarrollamos en ese espacio, realmente liberado y abierto al gran público. El otro espacio cultural que fue puesto en valor y lanzado con mucha fuerza fue la Plataforma Lavardén. Pero no, deudas pendientes no.

 

—¿Cuáles son hoy los desafíos que plantea este ministerio?

 

—El gran desafío en realidad lo plantea la enorme dimensión de la provincia. Santa Fe es muy grande, y además muy heterogénea. Y a veces quienes vivimos acá no lo mensuramos debidamente. De Florencia a Rufino tiene 1.005 kilómetros. A menudo no dimensionamos que es el segundo Estado provincial del segundo país suramericano. Eso en sí ya encierra un enorme desafío, que pensamos encarar, como dije, escuchando las voces de los actores culturales de cada rincón de Santa Fe.

 

 

Perspectivas

 

—¿Cómo se hace gestión cultural en un marco de austeridad?

 

—Insisto, producir cultura, impulsar políticas culturales no puede ni debe ser sinónimo de billetera gorda o recursos ilimitados. Ése concepto es ofensivo hacia aquellas comunidades humildes que con recursos muy escasos producen hechos y productos culturales enormes. Hoy los recursos tienen que ser dirigidos a los sectores más vulnerables, hay que atender principalmente lo social. Y repito, las buenas ideas no son caras.

 

—¿Habrá una apuesta a la cultura como generadora de bienes y servicios?

 

—Dar continuidad a lo que está en marcha, pero principalmente vamos a hacer hincapié en las escuelas dependientes de la subsecretaría de Educación Artística. Vamos a revertir lo hecho, las escuelas primero, ésa será la impronta de nuestra gestión.

 

—¿Hay ya proyectos concretos para la actividad de 2020?

 

—Todos los que están en marcha, a los que está claro que la gente los habita. Y por supuesto los nuevos, entre los que se destaca “El Año Belgraniano”, con el que vamos a celebrar la decisión del Gobierno nacional para que 2020 sea declarado “Año del General Manuel Belgrano”, al cumplirse 250 años de su nacimiento y el bicentenario de su fallecimiento. Para eso, en pocos días nos reuniremos con el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, y con Alejandro Grimson, titular del Programa Argentina 2030. Vamos a coordinar proyectos y actividades culturales en torno de ese eje, y otras iniciativas que tenemos en carpeta y queremos que sean una sorpresa para todas y todos.

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