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Sábado 16.09.2017 - Última actualización - 10:17
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XXIV Feria del Libro

Coni Cherep: "Está muy claro de dónde vengo"

El periodista y funcionario presentará “Razones y sensaciones”, mañana a las 18 en la sala 2 de la Estación Belgrano. 

“Tenemos que generar nuestros propios medios”, dijo Cherep a El Litoral. Crédito: Guillermo Di Salvatore“Tenemos que generar nuestros propios medios”, dijo Cherep a El Litoral.
Crédito: Guillermo Di Salvatore

“Tenemos que generar nuestros propios medios”, dijo Cherep a El Litoral. Crédito: Guillermo Di Salvatore

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XXIV Feria del Libro Coni Cherep: "Está muy claro de dónde vengo" El periodista y funcionario presentará “Razones y sensaciones”, mañana a las 18 en la sala 2 de la Estación Belgrano.  El periodista y funcionario presentará “Razones y sensaciones”, mañana a las 18 en la sala 2 de la Estación Belgrano. 

 

 

Redacción de El Litoral

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Se llama Luis Osvaldo, pero todos lo conocen como “Coni”. De profesión abogado, abrazó como oficio el periodismo, y en los últimos años se desempeña como subsecretario de Contenidos de Comunicación Institucionales y Periodísticos. Si tiene que resumir sus gustos artísticos, nombra a Borges y a Spinetta. Este domingo compartirá en sociedad “Razones y sensaciones”, su ópera prima, en el marco de la XXIV Feria del Libro y con la compañía de “Tuqui” y Pablo Marchetti. En diálogo con El Litoral, Coni Cherep contó los motivos de su flamante publicación y opinó sobre el contexto actual del periodismo.

 

 

Razones

 

 

—¿Cómo llegás a publicar tu primer libro?

 

—Siempre le tuve miedo a la idea. Lo había pensado y me lo plantearon muchas veces. Publicar demanda un nivel de responsabilidad y de exigencia, un piso de calidad, que yo nunca creí tener. Me siento absolutamente identificado con la radio y así aprendí a redactar. Mis textos son muy radiofónicos, con párrafos breves, reiteraciones, respiración, casi desde lo pasional. En el último tiempo, por razones laborales, se redujo mi espacio profesional. Abandoné la radio y la televisión, y la escritura fue el único lugar que quedó como refugio de expresión. Tuve más tiempo para leer y corregir los textos que publico casi semanalmente en el blog. Yo le tengo mucho miedo a la mirada del otro. Es muy loco eso. Siempre estuve sobreexpuesto y me da terror. Porque el libro es algo cerrado, no tenés forma de volver sobre él. En la radio podés corregirte, en la web podés editar, pero en un libro ya no. Es entregar algo que vos pensás que es definitivo. Pero hubo un momento, un click en el que me autoricé.

 

—¿Qué cambió al pasar del periodista multiformato al periodista escritor?

 

—La experiencia interior es distinta. Este libro me sirvió para razonar las cosas que me pasaban. Por ejemplo, cómo mi infancia fue cruzada por un contexto católico siendo yo ateo. O el shock que me provocaba cruzarme con los sectores altos cuando venía de un barrio de clase media baja. Lo mejor que me dijeron después de leer el libro es que está muy claro de dónde vengo. Apenas lo terminé, me puse a buscar historias para el sucesor, que ojalá sea una novela. La ficción es una herramienta que nos permite contar la realidad de una manera irresponsable. No nos obliga a probar. Para los que tratamos la realidad, es una herramienta muy poderosa. El tipo al que más admiro en la profesión, Tomás Eloy Martínez, consiguió novelar la realidad, decir cosas que son imposibles de probar, pero que él las terminó dando por sentado porque es ficción. 

 

 

Tensiones

 

 

—¿Qué nos podés contar sobre el ensayo que abre el libro, “Santa Fe y la Vera Cruz”?

 

—Me propuse investigar el porqué de la tensión entre el norte y el sur de la provincia. Dos ciudades con nacimientos distintos... La Santa Fe de la doble fundación se organizó como una sociedad con escalas, con vecinos de primera y de segunda. Rosario, en cambio, se amontonó con el objetivo del crecimiento económico. Su composición casi exclusivamente inmigrante la hace la Chicago argentina. Mientras que Santa Fe fue y sigue siendo una especie de bastión conservador del criollaje. Hay hechos históricos, como el grito de Alcorta y la Reforma del ’21, que demuestran que la capital viene resistiendo a los cambios del sur desde hace tiempo. A lo largo de doscientos años se escucha “no me vengan desde el sur a decir cómo se gobierna Santa Fe” o “se quieren llevar todo a Rosario”. Es muy curioso porque el setenta por ciento del tiempo, la provincia fue gobernada por santafesinos. Creo que hay razones de tipo cultural que hacen que Rosario y Santa Fe piensen de maneras distintas. Nuestro único triunfo colectivo como santafesinos fue el de Villa Dora en la Liga Nacional de Vóleibol (2016). Es un ejemplo de cómo nos ha costado ser una ciudad con identidad y unificada contra un Rosario que, a pesar de su fragmentación, tiene una identidad. 

 

 

Libertades

 

 

—¿Cómo ves el periodismo en los tiempos que corren?

 

—Nuestra generación presencia un cambio en la comunicación que será definitivo, donde se combinan la digitalidad con algunas rémoras analógicas. En el libro, hago una fuerte autocrítica de mi labor en el medio. Los periodistas discutimos la cuestión colectiva y pasamos por alto la libertad de expresión. Me pregunto si es posible la libertad de expresión, y si tiene sentido que sigamos pensando al periodista como empleado de una fábrica. Nuestro laburo exige una calidad que no puede ser sustentada sobre la base de categorías gremiales. En este contexto de retroceso en la formalidad laboral, la libertad de expresión tiene una única salida: la emancipación. Los periodistas tenemos que generar nuestros propios medios. 

 

—¿Cómo te llevás con la función pública?

 

—Estoy muy orgulloso porque no formamos parte de una gestión que apriete a los periodistas. Lamentablemente, en un mercado tan chico, el periodismo depende mucho de la pauta oficial. Tenemos que ser menos domesticables. 

 

—¿Te considerás un emancipado?

 

—No, me considero un emancipado fracasado. Yo hice el proceso y me encontré con los mismos obstáculos que un empresario. Me da mucho miedo volver a embarcarme en una empresa. Pero no pierdo la esperanza de emanciparme otra vez.

 

 

La poesía

 

“En el final del libro hay tres textos con una cadencia poética. Tienen que ver con mis sostenes afectivos. Escribí mucha poesía, es lo más prolífico que tengo, y me da mucha vergüenza publicar. Siempre pensé que mi primer libro iba a ser de poesía”, afirma el autor. 

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