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Cine 14 -05-2022
"Top Gun 2" o cómo reciclar un ícono de los años ochenta

Tom Cruise vuelve a encarnar a Pete “Maverick” Mitchel en uno de los relanzamientos hollywoodenses más esperados de los últimos años. El nuevo film, que llega a la Argentina el 26 de mayo, apunta a reconstruir desde una perspectiva actual los aspectos que hicieron del original de 1986 un fenómeno cultural sin par: su mezcla de épica, romance y adrenalina. 

 



Para medir el impacto cultural que tuvo “Top Gun” hay que unir dos fenómenos aparentemente inconexos que siguieron al estreno del film, en mayo de 1986. El número de alistamientos al programa de caza de la marina estadounidense aumentó de un modo considerable y el póster con la foto de Tom Cruise ocupó paredes y carpetas de quinceañeras en todo el planeta. Como pocas veces una cinta de acción norteamericana con todos los condimentos esperables para su época (trasfondo militarista, nacionalismo excesivo, exaltación de la virilidad, adrenalina y algo de romance) logró conformar de tal manera a todas las franjas del público hasta recaudar 360 millones de dólares. La crítica Joanna Berry la define con exactitud como “un homenaje cargado de testosterona a los hombres que necesitan sentir la velocidad”. Podría agregarse que -Cruise mediante- también logra sintonizar con la platea femenina.

 

Tom Cruise y Jennifer Connelly en la nueva entrega de "Top Gun".Foto: Paramount Pictures

 

Acción, romance y superación

 

 

El argumento del film es simple, casi una excusa para ensamblar las secuencias de acción y las románticas (aquella en la que Cruise le canta a Kelly McGillis “You've Lost That Loving Feeling” en un bar es una de las más famosas). Pete “Maverick” Mitchel, un joven conocido por su temeridad a la hora de volar, llega a una escuela de élite para pilotos que busca formar expertos en técnicas de combate. Allí, “Maverick” tendrá que confrontar sus demonios personales (su padre participó en la Guerra de Vietnam y su avión fue derribado por presuntos errores cometidos por él mismo), ganarse el respeto de sus colegas (en especial el de su rival “Iceman” Kazansky, que encarna Val Kilmer) y, de paso, conquistar a la bella instructora. Objetivos que se complican por su carácter arrogante y su desdén por la disciplina y las normas. Una síntesis que la unifica con muchas otras películas de su tiempo podría ser: acción, romance y superación personal. En efecto, la potencia del film no tiene tanto que ver con el sendero de transformación que atraviesa el protagonista, más allá de ciertas insinuaciones que son interesantes. Tampoco con la historia de amor, anclada en varios clichés. Obedece a la inteligencia del director para poner el acento sobre los aspectos donde la película tiene el mayor potencial.

 

Cruise "Maverick" con Val Kilmer "Iceman".Foto: Paramount Pictures

 

El carisma de Cruise

 

 

De la misma forma en que “Rambo” y “Volver al futuro” (por nombrar dos filmes de la misma época, en la cual el republicano y ex actor Ronald Reagan era presidente de Estados Unidos) no serían lo mismo sin Sylvester Stallone y Michael J. Fox, “Top Gun” tampoco hubiese alcanzado las resonancias que finalmente tuvo sin la presencia de Tom Cruise. Como indica la ya citada Joanna Berry, su interpretación de un “macho con fondo sensible, sedujo al público femenino”. El papel de Maverick le llegó luego del rechazo de Tom Hanks, Patrick Swayze, Matthew Modine y Charlie Sheen, entre otros. Y Cruise, que hasta el momento no había logrado éxitos resonantes (“Leyenda” y “Cocktail” no son obras demasiado recordadas), le exprimió todo el jugo posible. La estrella que es la actualidad comenzó a construirse en este punto, para pulirse en los años posteriores con “Rain Man”, “Nacido el 4 de julio” y “Días de Trueno”, esta última una especie de “Top Gun” pero con autos de carrera. 

 

Cruise y McGillis.Foto: Paramount Pictures

 

La escenas de vuelo

 

 

Otro atributo de la película de 1986 tiene que ver con la decisión del director Tony Scott de “no gastar pólvora en chimangos”. Especialista en películas de acción (su mayor logro es “El último Boy Scout”, con un muy bien aprovechado Bruce Willis post “Duro de matar”), Scott utiliza el menor tiempo posible para contar los problemas personales de Maverick, para establecer las relaciones básicas con sus compañeros de la academia y para resolver la historia de amor. Y llena literalmente la película de combates aéreos y despliegues aeronáuticos que todavía hoy sorprenden por su calidad. Está especialmente lograda la secuencia en la que Maverick es enviado en apoyo de Iceman en una misión. No es casual, en este sentido, que el film obtuviera varias nominaciones a los premios Oscar en los rubros técnicos, dominados ese año por “Aliens: El regreso” y la bélica “Pelotón”.

 

Cruis como Maverick en la película que se estrena este mes.Foto: Paramount Pictures

 

Música para el recuerdo

 

 

La banda sonora es lo que termina de configurar a “Top Gun” como ícono ochentero. Si bien sobresale “Danger Zone”, de Kenny Loggins, la canción que ha logrado permanecer en el tiempo y remitir automáticamente al film es “Take My Breath Away” (“Córtame la respiración” o “Déjame sin aliento” en su traducción al español). Escrita por Giorgio Moroder (a quien le debemos la música de filmes como “Expreso de Medianoche” y “Scarface”) y Tom Whitlock esta power ballad interpretada por la banda Berlin se tradujo en un éxito de ventas y ganó el Oscar en la categoría Mejor Canción Original. El video oficial de la canción tiene, en Youtube, más de 375 millones de reproducciones, algo que demuestra su gran vigencia.

 

 

Secuela esperada

 

El 26 de mayo llegará a los cines argentinos “Top Gun: Maverick” , la esperada secuela de la película de 1986 que reencuentra a los personajes 35 años más tarde. El director Joseph Kosinski (“Oblivion”, “Tron: el legado”) toma el legado a Tony Scott, fallecido en 2012. Los guionistas Peter Craig, Justin Marks, Ehren Kruger, Eric Singer y Christopher McQuarrie asumen el riesgo de tratar de reciclar los principales argumentos que hicieron de su predecesora un taquillazo. Y de insuflar nueva vida a los personajes a través de conflictos acordes a los nuevos contextos. Ahora Maverick, convertido en uno de los mejores pilotos de prueba, entrena a un grupo de graduados de Top Gun para una misión especial, donde se reencuentra con parte de su pasado. Están Cruise y Kilmer, ya no McGillis: el nuevo interés romántico del protagonista es Jennifer Connelly. Los que ya la vieron aseguraron que está a la altura de las circunstancias y que, sobre todo las secuencias de acción, incluso superan las expectativas. El crítico Robbie Collin la definió como “la mejor película de acción de un estudio en años”. ¿Será el viaje nostálgico que muchos esperan con ansiedad, como ocurrió hace pocos meses con la notable “Cazafantasmas: el legado”, otro paseo por los ‘80? Habrá que ir a ver la película en la pantalla grande, como en los viejos tiempos.



 




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